No podemos ir contra corriente. No podemos ni debemos seguir consumiendo a todo meter refrescos azucarados para quitarnos la sed, a sabiendas de que perjudicamos seriamente nuestra salud. Hay que aparcar como sea ese tipo de bebidas, sustituyéndolas por zumos naturales o bebidas carentes de azúcar e incluso de otros ingredientes que no pueden ni deben ser muy buenos para la salud. La autoridad sanitaria nos ha alertado en infinidad de ocasiones y la OMS también ha puesto el grito en el cielo.

Existe un estudio que vincula refrescos y zumos azucarados con 180.000 muertes anuales. Lo que no mata, engorda y eso es una verdad como un castillo, sobre todo en lo referente a las bebidas azucaradas y refrescos. Comprendo la preocupación de las autoridades sanitarias de tantos países del orbe occidental, empeñadas en llegar incluso a prohibir la venta de bebidas azucaradas en envases grandes, en su afán de evitar el abuso de estos refrescos y zumos. Este estudio que procede de la Universidad de Harvard viene a dar la razón y posiblemente ánimos suficientes para que personalidades como Michelle Obama o el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, reanuden su cruzada contra este tipo de bebidas de las que es fácil abusar. Porque se abusa. Nada más insano que comer y cenar con este tipo de bebidas.

Tras analizar los datos en su poder y el consumo global de refrescos y zumos azucarados, los investigadores estiman que la ingesta de estos líquidos está asociada a las 180.000 muertes anuales aludidas, de las que 133.000 se deben a diabetes, 44.000 a enfermedades cardiovasculares y 6.000 a cáncer. Da grima. Nos estamos matando a sorbos o a grandes tragos sin enterarnos. Lo curioso del estudio es que el 68% de todos estos fallecimientos se producen en países en desarrollo, mucho más que en países ricos. Mientras que en Estados Unidos se originan unas 25.000 muertes relacionadas con el consumo de estas bebidas, en Latinoamérica y el Caribe esa cifra asciende a 38.000 por diabetes generada por el abuso de refrescos y zumos con azúcar, siendo Méjico el país con mayor consumo per capita en el mundo. En el extremo opuesto se encuentra Japón. Los nipones tan comedidos siempre, cosa que les evita males mayores y menores como el aludido.

En España se producen 5.000 millones de litros de refrescos, de los que un 30% corresponde a bebidas light. A eso hay que sumar la ingesta de zumos y néctares que supone anualmente 1.068 millones de litros, algo así como 22,5 litros per capita. Con semejantes cifras no es de extrañar que España se sitúe en el cuarto país europeo con mayor consumo de este tipo de bebidas. Algo que no es del todo edificante, pero que supone un negocio impresionante para los fabricantes, mientras que a los consumidores debe ponernos en situación de alerta, porque España no es un caso aparte en el aumento de sobrepeso y obesidad infantil. Habida cuenta de que con un 19% de niños obesos, España se sitúa por delante de Estados Unidos. Si a ello sumamos el 26,1% de los pequeños que tienen sobrepeso, tenemos que casi la mitad de los niños españoles carga con el problema de un indeseado exceso de peso, Como para no estar vigilantes y acabar de inmediato con ciertos hábitos y costumbres alimenticias nada recomendables, por ricas que en principio parezcan. Más agua para los menores, más bebidas saludables para los mayores y coloquemos un cordón sanitario entre los refrescos con mala fama y buena publicidad y nuestra salud. A las cifras del estudio de Harvard le remito. Hay ciertas estadísticas de las que no merece la pena formar parte. Que la primavera y el aumento de temperaturas no sea una excusa para volver a las andadas.