Ponerle "Gloria" a esa fiera que ha pasado, sobre todo por el este de España, arrasándolo todo a su paso no ha sido lo más indicado. Infierno hubiera sido más propio, a pesar del frío. Todos tenemos clavadas en la retina las imágenes ofrecidas por las teles donde se han visto fenómenos, como el de la espuma campando por las calles de Tossa de Mar y esas olas más propias de países tropicales subiendo por encima de edificios de tres y cuatro plantas. Donde hayan sufrido a 'Gloria', ha tenido que ser horrible. En Zamora no nos hemos privado de un viento infernal. Lluvias, nevadas más que copiosas y vientos virulentos han acompañado a la borrasca de nombre tan impropio que ha hecho desaparecer el delta del Ebro, ha cortado carreteras, ha destruido material urbano y lo peor, ha acabado con la vida de doce personas, a las que hay que añadir los desaparecidos.

Gloria será, de aquí a poco tiempo, cuando el olvido se introduzca en la memoria, un mal recuerdo para quienes la vivieron de cerca, en definitiva historia pasada. Lo malo es que la Agencia Estatal de Meteorología ha advertido de que podría ser incluso mayor en un futuro como consecuencia del cambio climático. ¿Quién dijo que el cambio climático era un invento? Donald Trump. A ver si prospera el 'impeachment' y dejamos de escuchar las barbaridades del energúmeno norteamericano que no da una, la que da la pifia y, encima, no cree más que en su palabra.

Los meteorólogos advierten de que la borrasca Gloria, de haberse producido en septiembre, hubiera sido mucho peor. Las precipitaciones habrían sido mayores ya que según los expertos, si el clima es más templado o más caliente, los extremos pueden serlo aún más. Que San Bartolomé bendito nos proteja. Recuerdo, de pequeñita, cuando las tormentas arreciaban, mi buena madre siempre repetía la siguiente jaculatoria: "San Bartolomé bendito perdió un don. Al ir a buscarlo se encontró con el Señor. ¿Dónde vas San Bartolomé bendito?, a buscar un don, Señor. Donde San Bartolomé bendito sea nombrado, no caerán centellas ni rayos, ni niños morirán de espanto ni madres de parto". Oiga, aquello me daba una seguridad tremenda. Tal era la fe, tal era la convicción con la que mi buena madre la repetía, que perdía el miedo de inmediato.

Me parece que esta jaculatoria que no he olvidado nunca, es insuficiente ante el cabreo del clima, en pleno cambio. Dicen los expertos de la Aemet que "conforme pasen los años estos fenómenos se pueden seguir repitiendo y potencialmente serán más intensos" Si bien es verdad que todavía se hacen necesarios más estudios que permitan analizar la frecuencia con la que ocurren las DANAS. Las bauticen como las bauticen, se llamen como se llamen están presentando su peor rostro, un rostro que no augura nada bueno. Sería terrible tener que empezar a acostumbrarnos a estos episodios tan tremendos por todo lo que conllevan y porque, a la postre, acaban por cobrarse el tributo más alto: vidas humanas.

Al final, en muchas localidades del este español se han visto obligados a recabar la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias. Trabajan a destajo con una profesionalidad y una entrega admirables. Mucho me temo que si esto se va a repetir yendo a peor, la UME deba incrementar su 'plantilla'. A ver si empezamos a tomarnos en serio lo del cambio climático. Una realidad que nadie puede ya cuestionar ni por muy presidente de Estados Unidos que sea. 'Gloria' ha causado tantos destrozos que la normalidad tardará en llegar a las zonas arrasadas por esta borrasca de intensidad desconocida hasta ahora que nos debe hacer cambiar incredulidad por preocupación.