Con este premonitorio título, el grupo de música gallego Siniestro Total bautizó su tercer álbum de estudio que le consolidaría en la escena musical nacional. Al comienzo de los años ochenta toda España miraba a los grupos de la "movida madrileña" y de la "movida viguesa" disputarse el liderazgo del panorama musical español. Hoy en día, ya no hay "movida" en los bares y conciertos pero la "movida" la traen las luces navideñas, la nueva rivalidad consiste en liderar la Navidad, como nos mostraron hace unos días los alcaldes de Vigo y de Madrid, Abel Caballero y Martínez-Almeida. Disputas aparte, me gustaría rescatar el nombre de aquel disco: Menos mal que nos queda Portugal. Una frase del acervo popular que ellos recuperaron y que nos afecta especialmente a los pueblos que compartimos los territorios de "La Raya", la frontera entre España y Portugal.

A tan solo cien kilómetros de la ciudad de Zamora, la vecina Braganza, lleva varios años dando que hablar con unas navidades que se han convertido en un reclamo para toda la península y que, cada año que pasa, van contando con la afluencia de más zamoranos y zamoranas. En el 2018, las autoridades lusas cifraron en más de dos mil los visitantes de nuestra provincia, una tendencia que va aumentando cada mes de diciembre según se acercan las navidades. Carruseles infantiles, música de villancicos, luces variopintas, carpa con pista de hielo y numerosas atracciones y puestos para reponer fuerzas, todo ello contribuye a recrear ese espíritu navideño que anima a los más mayores, arrastrados por la ilusión de los más pequeños, a disfrutar la calle en estas fechas.

Al margen de gustos y preferencias personales, las navidades brigantinas son una muestra muy cercana de una estrategia de atracción turística que ha conseguido que, a ambos lados de la frontera, estas fechas se relacionen con la ciudad de Braganza. Durante mucho tiempo hemos vivido de espaldas hacia nuestros vecinos portugueses y hemos visto pasar oportunidades de desarrollo conjunto. Parecía que el futuro provenía de una luz intermitente que parpadeaba desde el centro de Europa y no como la consecuencia de integrar el territorio que nos rodeaba. Hemos ignorado esas márgenes del Duero que nos unen y que compartimos como herederos de un mismo patrimonio natural y cultural. Las fronteras territoriales y políticas han pesado demasiado y han servido para consolidar la incomunicación y el aislamiento de los que, a día de hoy, aún no nos hemos logrado desembarazar.

Sin caer en el derrotismo, la política municipal debe aunar esfuerzos para revertir esta situación. Desde el comienzo de este nuevo mandato de Izquierda Unida, los concejales del PSOE nos hemos preocupado muy especialmente por la cohesión territorial y por lo que nos une con el país vecino. En el mes de julio presentamos una moción en el Pleno municipal alertando sobre la situación de emergencia de las Aceñas de Gijón y, desde la primera semana de agosto, solicitamos los detalles del Proyecto "Flumen Durius", un programa de cooperación transfronteriza entre España y Portugal, que tiene como objetivo promocionar y aprovechar las ventajas estratégicas del Río Duero. Falta mucho camino por recorrer y varios puentes por tender para que el acercamiento pueda traer sus frutos, pero estamos convencidos de que es la dirección adecuada.

Nos quedan ideas por explorar y propuestas por aplicar cuya finalidad no tiene porque pasar por imitar a nadie. Debemos aprovechar el aprendizaje que proporcionan ejemplos muy cercanos y ser capaces de adaptarlo a las particularidades de Zamora. Mientras cada año va subiendo paulatinamente el gasto en luces navideñas del Ayuntamiento, sin convicción, sin planificación y sin estudios de impacto, en otros lugares hay experiencias enriquecedoras que nos pueden inspirar. La fórmula de Braganza no es compleja, demuestra que la modestia no está reñida con la virtud y que, en ocasiones, lo más cercano es lo menos visible a los ojos. En ese disco de Siniestro Total, Menos mal que nos queda Portugal, se hizo famosa "Minha terra galega", una versión muy particular del célebre tema "Sweet Home Alabama". Quizás, tantas luces nos han deslumbrado y los árboles nos han impedido ver el bosque. Probablemente no necesitemos ninguna copia navideña y la clave resida en construir nuestra propia versión de unas atractivas navidades, una original versión que poder compartir entre los zamoranos, con todos aquellos seres queridos que regresan en estas señaladas fechas y con cualquiera que nos quiera visitar.

(*) Portavoz del grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora