Salió el informe PISA y, aunque haya sido por unas pocas horas, se alborotó el gallinero. Elaborado cada trienio por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el ya famoso estudio mide las competencias de los alumnos de quince años en Ciencias, Matemáticas y Comprensión lectora. (En este último apartado no se publican esta vez los datos de España por ciertas irregularidades detectadas en las pruebas de fluidez). Y los resultados de nuestro país no han sido halagüeños. Hemos sacado la peor nota de la serie histórica en Ciencias y nos atascamos en Matemáticas, lo que lleva a nuestros estudiantes a situarse por debajo de la media de la OCDE. En las naciones más avanzadas ocurre otro tanto de lo mismo, pero ya saben: mal de muchos, consuelo de tontos.

Aunque los números de España sean flojos, Castilla y León se salva de la quema, pese a ligeros descensos en la puntuación. Somos la segunda comunidad autónoma con mayor nivel tanto en Matemáticas como en Ciencias. En la primera disciplina solo nos supera Navarra por un punto (503 frente a 502) y en la segunda únicamente nos gana Galicia (510 por 501). En ambas materias hemos retrocedido respecto a los datos del 2015 (cuatro puntos en Matemáticas y dieciocho en Ciencias), pero aun conservamos una excelente puntuación, muy parecida a las de los países de nuestro entorno y muy superior a la media española. ¿Es para tirar cohetes? Pues, no. Aunque los datos nos permitan sacar pecho si nos comparamos con otros, cualquier bajada es negativa, especialmente si consideramos que los jóvenes estudiantes tendrían que mejorar evaluación tras evaluación. Y no ha sido así.

Como cabía esperar, el informe PISA ha dado lugar a múltiples interpretaciones, análisis y valoraciones. El denominador común es, siempre sucede lo mismo, que nadie tiene la culpa del descenso y todos se atribuyen la buena posición. Nada nuevo: la derrota es, y será, huérfana, mientras que la victoria tiene, y tendrá, padres a tutiplén. La consejera de Educación, Rocío Lucas, ha afirmado que el sistema de la región es "uno de los mejores del mundo" y ha cargado contra las críticas de la oposición (PSOE) con el consabido argumento del "y tú más" al decir que "las comunidades donde gobiernan ustedes salen las últimas en los estándares de calidad del informe PISA". Esas críticas socialistas se centraban en los recortes que han venido afectando en sucesivos presupuestos al área de Educación. ¿Han influido en esa pérdida de puntos desde el 2015? Probablemente, sí, como se han encargado de constatar algunos representantes sindicales, que, además, consideran que el nivel de la enseñanza en Castilla y León se mantiene gracias a la calidad y al trabajo del profesorado. Tampoco es nuevo. Aquí tenemos la suerte de contar con un profesorado preparado y con vocación. Siempre fuimos productores y, por desgracia, exportadores de maestros de escuela (¿por qué no reivindicamos todos esta preciosa frase?) y eso se nota. También aquí, por mor de una tradición de siglos, las familias, por humildes que fueran, procuraron dar enseñanza a sus hijos, que aprendieran, como le oí decir muchas veces a mis abuelas. Y eso, asimismo, se nota.

Bien. Ya tenemos a nuestros chicos de 15 años más listos que la media nacional. ¿Y?

-Pues, eso: cuánto más inteligentes, antes se van. Ya verá usted como aquí no se quedan, asegura don Austreberto, que tira de estadísticas a la menor discusión.

-Sí, mira uno las cifras de emigración de nuestros jóvenes y dan ganas de llorar a mares, apostilla don Elitanio, que tampoco es que sea muy optimista.

Y los dos repasan el informe PISA y se detienen en un dato llamativo: las dos comunidades más ricas de España, Madrid y Cataluña, son de las que más han retrocedido tanto en Ciencias como en Matemáticas.

-¿Y para qué van a avanzar e invertir en los críos si nosotros los criamos y ellos se los llevan?, se pregunta, pesaroso, don Austreberto.

-Pasa como en el fútbol. Ya puedes tener tú una buena cantera; en cuanto despunta uno, hala, al Madrid o al Barcelona. La España vacía, la España vaciada... Si se va el talento, aquí quedamos el rehugo y poquito más, insiste don Elitanio.

Y en esas estamos. Nos congratulamos del informe PISA, nos mostramos orgullosos, admiramos a nuestros chavales y maestros, pero...¡Ay, los peros, los peros! Y más si los peros tienen que ver con el futuro. Ese futuro del que no hablan los del PISA. Solo hablan los pisados. Y por estos pagos hay muchos.