Un sabio dijo: Vas a tener decepciones si piensas que harán por ti lo mismo que tú haces por ellos. Porque no todos tienen el mismo corazón que tú.

La decepción es una experiencia que cada persona vive en su interior, provocada por ese vacío que el comportamiento no esperado de una persona a la que consideraba amiga le ha producido. Cada persona tiene su experiencia de la decepción, que no deja de ser, a grandes rasgos, una esperanza en el amigo que no se ha visto cumplida.

Nos decepciona aquella persona de la que esperamos algo más de lo que nos ha dado, que ha sido muy poco o nada, porque tal vez nosotros siempre hemos estado a su disposición.

Quién no recuerda haber sufrido decepciones por parte de personas que alegremente presumían, en público y en privado, de ser nuestros amigos y estar a nuestra disposición en todo momento y a la hora de la verdad las evasivas son su respuesta, evasivas tales como, el ahora no puedo, para mí es mal momento, etc... En definitiva, son personas que nunca están disponibles, siempre tienen buenas palabras para quedar bien, y tratar de justificar que no pueden atender nuestra petición. En definitiva, son personas que nunca están disponible y tratan de justificar que no pueden atender nuestra petición, como sería su deseo, mentira auténtica; como dice el refrán: "buena cara y malos hechos, a cada paso los vemos".

Cuando te has dedicado toda una vida, en cuerpo y alma, al ejercicio de una profesión, consistente en prestar un servicio a las personas que lo han solicitado, te has encontrado con todo tipo de personas y con el paso de los años, a poco observador que seas, te percatas de que un número considerable son egoístas por naturaleza, y van a lo suyo, de ahí el famoso refrán: "villano atendido, villano desaparecido" o el de "si a un villano, le das el dedo, se toma la mano ".

Cuando te visitan por primera vez, suelen utilizar, como tarjeta de presentación, el alegato del conocimiento de personas en común, de las que siempre son portadores de recuerdos y abrazo, ahora bien, cuando hablas con" el amigo común " y le comentas, que te ha visitado fulanito, suele contestarte que, hace años que no le ve, ni sabe nada de él, motivo por el cual ya obtenemos la primera conclusión, cual es que nos ha visitado un "cara dura", que utiliza a una persona a la que conocemos para obtener de nosotros algún beneficio, tal vez la condonación del abono de la consulta, una reducción de honorarios, etc..., en el fondo lo que desea, en el mejor de los casos, es obtener una ventaja, en el peor para nosotros, que se vaya sin pagar. Nos ha visitado "un listillo". Toda decepción produce dolor, pero podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que, el auténtico y profundo dolor lo produce la decepción del amigo/a que no ha querido responder a nuestras necesidades. Soy consciente de que la decepción en la amistad, como la pérdida de confianza no tienen fácil solución por el dolor que produce en la persona que ha sufrido la decepción. La decepción no deja de ser un desengaño producido por una persona, en la que hemos depositado nuestra confianza.

Me viene a la memoria la frase: "No hace daño quien quiere, sino quien puede". Qué difícil es recuperar la confianza perdida, cuando has sufrido una decepción. No podemos confundir decepción con sensiblería. Procuremos tener amigos de verdad, auténticos, sin doblez, de los que sabes que por mucho que cambien los tiempos, siempre están en situación de disponibles. Procuro no decepcionar a mis amigos y si en algún momento, en mi fuero interno, creo que no he actuado bien, o no he sabido rstar presto a la necesidad del amigo, le llamo y le pido perdón. La sinceridad es la base de la confianza y de la amistad. Prohibido defraudar, hace mucho daño y tiene muy difícil reparación. Un amigo perdido es muy difícil de recuperar.