La sentencia de los ERE andaluces nos ha vuelto a poner a los españoles ante el espejo. O sea, a enfrentarnos a cara descubierta con uno de nuestros graves problemas y a comprobar que, por mucho que hayamos avanzado en otros terrenos, no hemos conseguido resolverlo; al contrario, crece y con mayores dosis de dureza. Me refiero al "Y tú más", que no solo ataca a quién te ha atacado, sino que trata de encubrir tus propias deficiencias. Cuando alguien le suelta a otro el consabido "Y tú más", está, tácitamente, tapando sus errores, olvidándolos, quitándoles importancia. ¿Qué son mis fallos comparados con los de este?, ¿cómo se atreve este a decirme nada teniendo lo que tiene en su casa?, ¿quién es este pavo para echarme en cara a mí, eh a mí, nada? ¿A qué les suenan estas frases? Todos las llevamos dentro y, reconozcámoslo sin tapujos, las hemos soltado alguna vez.

Y es que el asunto no afecta únicamente a dirigentes y políticos en general; está muy enraizado en la sociedad, como se ha podido constatar en cualquier conversación una vez conocidas las condenas a Chaves, Griñán y demás ex altos cargos de la Junta de Andalucía. Nada más hacerse pública la decisión judicial brotaron "Y tú más" por doquier, casi tantos como opiniones sobre la polémica entre Robert Moreno, Luis Enrique y la Federación Española de Fútbol, que también fue noticia esos días.

Millones de españoles (y, repito, no solo los políticos) sacaron el tema a colación a las primeras de cambio. El país volvió a dividirse. Desde la derecha y parte de la izquierda, leña al PSOE y a Pedro Sánchez. No importa que el actual presidente en funciones no tuviera nada que ver con los hechos juzgados ni ocupara entonces cargo alguno en el partido. Tiene que dimitir, retirarse y dedicarse a la vida contemplativa. ¿Por qué? Por el "Y tú más". Y llegaron, claro, los inevitables parangones con la trama Gürtel, la de Correa, Bárcenas, la financiación ilegal del PP. Que si en Andalucía hubo más dinero defraudado, que si las condenas son más fuertes, que si los condenados han sido ministros y presidentes del PSOE nacional y así sucesivamente.

Desde el PSOE, obviamente, todo lo contrario. El "Y tú más" tocaba de lleno al PP porque, en el caso de los ERE, ni Chaves ni Griñán ni nadie se llevó dinero a sus bolsillos, ni hubo desviaciones a las cuentas del partido. Además, la mayor parte de los 680 millones gestionados irregularmente fueron a parar a parados o despedidos que sí lo necesitaban y que reunían las condiciones para cobrar. Los casos irregulares- añaden en el PSOE- fueron muy pocos comparados con el montante total. Por tanto, hay grandes diferencias entre ambos casos; son distintos, muy distintos.

Donde no hay diferencias es en el tratamiento que líderes y partidos están dando a las repercusiones de la sentencia. Aun consciente de que Sánchez pintaba muy poco (o nada) en el PSOE cuando se produjeron los EREs irregulares, Pablo Casado pide responsabilidades al actual presidente en funciones. Incluso, le exige que dé explicaciones en el Congreso. Está en su derecho, pero, cuando se habla de la Gürtel, repite y repite que es coda del pasado, que él no tiene nada que ver y que hay que mirar al futuro. ¿En qué quedamos?, ¿en la burra o en los cinco reales, que dicen por mi tierra?

Con Pedro Sánchez ocurre lo mismo, aunque al contrario. Él o barandas del PSOE siguen pidiendo responsabilidades a los gerifaltes del PP por la Gürtel, pero las rechazan en el caso de los EREs. E insisten en las dos diferencias básicas: en Andalucía nadie se metió dinero en sus bolsillos; en la Gürtel, sí. En los EREs no hubo financiación ilegal del PSOE; en la Gúrtel, sí, del PP.

Casado, Sánchez y dirigentes de otros partidos han tenido buen cuidado en cargar las tintas en lo que sucede en otras formaciones, pero se han referido poco o nada a las suyas. ¿Ese silencio indica que volverían a permitir, o a mirar para otro lado, ante situaciones similares?, ¿qué se fizo de la cacareada "tolerancia cero" que suele anunciarse cuando a alguien le pillan con el carrito de los helados?, ¿dónde están la necesaria autocrítica, el propósito de la enmienda, la depuración interna de los elementos que han metido la mano o la pata?, ¿basta con decir que ya no están en el partido?, ¿todo queda como si no hubiera pasado nada si se descubre que al rival puede aplicársele el "Y tú más?, ¿no están contribuyendo a que la gente huya de la política, no se interese por ella y considere a los políticos como uno de los principales problemas de España?

Y ya saben: si alguien les afea algo, no caigan en la tentación de contestar "Y tú más". Sean un poco más originales y échenle humor. Merece la pena.