En nuestro diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, leemos un día sí y otro también, la preocupación que nos afecta a todos los zamoranos, residentes y ausentes, acerca del futuro de nuestra querida provincia de Zamora.

Es un hecho que no admite discusión, la pérdida poblacional de nuestra provincia, pues, según leía en La Opinión, el día pasado, en lo que va del presente siglo XXI, está del orden de 20.000 habitantes, siendo su tendencia a peor.

El tema es sumamente preocupante y parece ser lo es más en estas fechas, para quienes aspiran a obtener un escaño en las Cámaras Alta o Baja, aunque visto lo visto, que a mi juicio es muy poco y bastante borroso, tal vez algún día me anime, ahora que tendré más tiempo libre, me resulte más gratificante luchar por Zamora y su provincia, conociendo, como honestamente creo conocer, los problemas que afectan, especialmente al mundo rural, a sus habitantes, agricultores y ganaderos, niños, mayores y todos aquellos que les afectan a los niños y adolescentes en relación con el acceso especialmente a la enseñanza, a los mayores con la sanidad, asistencia y transporte y a los agricultores y ganaderos con lo difícil que es permanecer en el campo cuando los precios de sus productos son irrisorios en relación con los altos precios de los productos que ellos tienen que adquirir, carburantes, maquinaria agrícola, herbicidas, simientes, etc.

Quien no ha vivido en el pueblo, en el campo y dedicado a sus tareas, difícilmente puede hablar de ello, ahora me sorprende oír hablar a los políticos del amor que dicen profesar al mundo rural, cuando tal vez, solamente conozcan el campo de ir de cacería. Esto me recuerda a las películas de Los Santos Inocentes y El disputado voto del señor Cayo. Un poco de memoria es conveniente.

Para conocer la situación de nuestro mundo rural, y Zamora es una provincia eminentemente rural, sus aspirantes a representantes en las Cámaras Alta y Baja han de conocer de primera mano, esto es, por haber vivido en el campo, la realidad social de nuestra querida provincia, especialmente del mundo rural y para ello es necesario haber nacido en un pueblo, haber vivido allí, haber experimentado las privaciones que ello supone, antes y ahora, y no acudir simplemente, en época electoral al café del pueblo, antes teleclub, a soltar unas palabras, mejor o peor dichas, porque válgame Dios, el discurso de algunos, pobres en palabras y en expresiones, prueba patente de que la pobreza se hereda, y no olvidemos que la pobreza es uno de los peores males que pueblan la tierra y por nuestra tierra pobreza habido y hay mucha, desgraciadamente.

No admito acusaciones e insultos entre los candidatos, sino compromisos que puedan ser realidades. Las promesas incumplidas ya no tienen cabida en esta tierra.

Los habitantes del mundo rural quieren realidades tangibles, como el sol radiante de los días claros de verano, no como la niebla que nos visita, con harta frecuencia, en invierno, y nos impide ver la torre de nuestro pueblo de Valdescorriel.

Entre las múltiples realidades que reclamamos están los medios de transporte, en nuestra provincia el tren Ruta de la Plata, tan necesario, autobuses que nos lleven del pueblo a la capital, para hacer gestiones varias, recibir atención médica...

Me sorprende que siendo los aspirantes a los escaños de las Cámaras Alta y Baja, esto es, al Congreso de los Diputados y Senado, tan amantes del mundo rural como dicen, ahora, en las proximidades de las elecciones, con anterioridad no lo hayan visitado y conozcan sus deficiencias, porque mal se puede mejorar lo que no se conoce. Les recuerdo a los aspirantes a los escaños por nuestra querida provincia de Zamora, que, en fechas recientes, llamaba la atención por enésima vez, sobre el Camino Agrícola de Valdescorriel a Villalpando, vean la hemeroteca del periódico, pues, sigo sin recibir contestación y desde estas líneas les pregunto, ¿a qué esperan? Les garantizo que tengo buena memoria y si Dios quiere, se lo recordaré mientras Dios me de salud, para tomar la pluma. El camino de Valdescorriel a Villalpando es de servicio público como el tren entre Zamora y Madrid, y no puede estar en el mal estado que se encuentra. Tomen nota, señores.