¿Y van...? Es una de las cientos, una de las miles de acciones que se llevan a cabo en el departamento de Urbanismo del Excelentísimo Ayuntamiento, que resultan incomprensibles para la ciudadanía y para las personas afectadas. Obviamente no puedo hablar de todo el departamento, sin embargo, a tenor de lo que sucede, hay un sector pequeño que propicia ese malestar, esa incomodidad que trae por la calle de la amargura a quienes optan por abrir un establecimiento en la ciudad. ¿Dónde se quedaron aquellas promesas sobre la tan traída y llevada 'licencia exprés' de la que en un tiempo se alardeó y que sin embargo nunca ha llegado a funcionar? ¿Qué, pasa? ¿Dónde está el problema para que ningún alcalde pasado y presente, de seguir así puede que también futuro, logre dar con los resortes que acaben con esta situación inaceptable para los perjudicados y para la propia Zamora que se cierra lenta pero progresivamente?

En Zamora capital no se puede realizar una sola obra ni abrir un solo comercio sin que se vea sometido a un férreo e inexplicable control que, en lugar de flexibilizar los trámites los complica, ¡y de qué manera! Yo no digo que se deban saltar a la torera las normas. Yo digo que sean más flexibles, menos autócratas, que no pongan piedrecitas en el camino, que echen una mano o las dos y no al cuello del demandante como hasta ahora, que colaboren, que dejen de poner puertas con candados medievales a las aspiraciones, al emprendimiento de tantas personas, de tantos jóvenes como acaban desistiendo, como acaban arrojando la toalla porque no pueden afrontar todo lo que les marca esa área en concreto de Urbanismo.

Somos cada vez más zamoranos los que cuando nos hablan de la Zamora vacía o vaciada, automáticamente pensamos en la cantidad de inconvenientes que se nos ponen para tratar de prosperar, por ejemplo desde un sector de este departamento en concreto, con el que se deberían mantener reuniones, las que fueran, con tal de acabar con el problema y que se convirtieran en un modelo a seguir por otros ayuntamientos. No podemos permitirnos echar a los emprendedores e impedir que vengan los inversores, a causa de las trabas, a causa de las dificultades con las que se pueden encontrar en Zamora. No podemos seguir exportando esa mala imagen. No puede ser que Salamanca y Valladolid sigan llevándose el gato al agua, mientras Zamora agoniza en toda su extensión.

Me presentaron el otro día a unas personas que quieren abrir un comercio en la capital, en el céntrico local que antes ocupó una firma determinada que no viene a cuento. Se lo han puesto tan mal que están en la disyuntiva de dejarlo o de afrontar el enorme gasto que supone para ellos las medidas que les "toman", como diciendo o entráis por el aro o no hay tu tía. Y eso no puede ser como un plato de lentejas, que si quieres las comes y si no las dejas. Esto es mucho más serio, y más importante, por lo tanto hay que dignificarlo. Hay que buscar soluciones, hay que arbitrar medidas. A ser posible que se haga ya. No hay que dejar pasar el tiempo que siempre corre en contra. Si lo hace este Ayuntamiento, no hay que esperar al siguiente, entendiendo por tal el equipo de Gobierno, claro.

Yo he visto llorar a esas personas, las he visto desesperarse, porque ese comercio será el cocido suyo de cada día. No podemos permitir que se vayan, como han hecho tantos, en busca de horizontes más propicios a las provincias de al lado, porque a este paso nos vamos a quedar convertidos en un barrio, como poco de Salamanca, que está más cerca. Alcalde, si usted quiere, puede. Hágalo de una vez. Gracias.