El dolor tiene un cargo importante en la vida. La mayoría de las veces nos obliga a inspeccionar la relación que existe entre lo físico y lo mental. Hay muchas maneras de sufrir, no siempre tenemos consciencia de ellas; al lado del gris prolongado (casi siempre) aparece el negro. Junto a la dureza de la vida, a veces, se desarrolla la pasividad. Sí, la misma que por no sé qué razones, es incapaz de rebelarse, y opta por seguir sufriendo. Creo, que agotadas las decisiones, las exaltaciones no aparecen ni de lejos.

El sufrimiento no es problema de luz: muchas de las personas que sufren la tienen. Pero por circunstancias, múltiples y diversas, no siempre se entregan a la evidencia y son propósito de huida. El camino recto, el que desde niños nos han marcado, nos hace perder personalidad; muchas personas dispuestas (de la noche a la mañana) se vuelven indispuestas y sin lamentos (la mayoría de las veces) prefieren seguir sufriendo, además en silencio. ¡Qué de flemas nos tragamos y sin tener bronquitis!

No siempre es fácil deshacerse de las personas que quebrantan nuestra felicidad. Por naturaleza, vemos los vínculos con cierto "romanticismo" y en vez de buscar distancia, tratamos de buscar consuelo. ¿Creen qué todo aquello qué iniciamos tiene que durar siempre? Se acercan fechas llenas de hipocresía, y a la vez de franqueza; los supermercados ya tienen todo el asunto navideño a disposición del público. Me resulta divertido ver con el ingenio que venden la Navidad, y qué pronto empieza. Alabado sea el turrón (sonrío). Seamos honestos con nosotros mismos, y pensemos en el sufrimiento que nos proporcionan muchas personas cercanas y veamos con nitidez la síntesis del dolor. Es difícil decir la verdad de frente pero no es imposible... Hay personas que no están llamadas a condescencer; saben que muchas tentativas de humillación, a la larga, es circunstancia de dominio. Las familias, no todas, buscan su coartada para compensar el sufrimiento que se producen y a la larga (sonrío) llegan a ver el sufrimiento con cierto platonismo.

Es importante alejarse de las personas que nos hacen sufrir. Una persona infeliz es una persona comprimida entre la debilidad y la compensación. No, no está la vida para perderla; somos una breve historia escondida en el tiempo y que además duro poco. El sufrimiento es una hoguera humeante que lentamente nos va quemando...

Dijo Ana María Matute: "El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad".