Ciertos programas, al igual que ciertas televisiones autonómicas dan asco y no sólo por su falta de calidad, rigor y nula pluralidad. Son uno de los muchos instrumentos de los que se sirve el poder autonómico de carácter nacionalista-separatista para el adoctrinamiento y la intoxicación social. En esos programas de esas cadenas que deberían desaparecer del mapa de los medios de comunicación nos llaman a los españoles "fachas", "paletos" y "chonis", cuando no directamente "cabrones" e "hijos de puta". No he visto en mi vida más paletos que algunos vascos de la Vasconia profunda y algunos catalanes de la Catalonia profunda. Si los gobiernos pasados y presentes enseñaran los dientes se acababa con esta situación que fomenta el odio hacia los españoles del otro lado de las lindes autonómicas. Eso no es libertad de expresión.

Ahora la han cogido con cuestionar la sexualidad del rey Felipe. Una serie de eunucos mentales se han despachado a gusto en el programa '360 grados'. Bajo el título de "Felipe VI, el último Rey de España", un título con mucha intención, además de la parcialidad y la falta de rigor informativo que acreditan este y otros programas por el estilo, como están faltos de argumentos han recurrido a la sexualidad del Rey como elemento a ser tenido en cuenta por la audiencia para valorar la trayectoria de la Casa Real. Además, han incurrido en un ataque a la intimidad de la persona con comentarios desagradables que ponen de manifiesto la homofobia de los que el "Día del Orgullo Gay" se agarran a la pancarta, buscando el aplauso de gays, lesbianas, transexuales y demás miembros del colectivo. No entiendo cómo todavía, el colectivo LGTBI no ha salido a la palestra, no los ha vapuleado dialécticamente por haber usado una hipotética homosexualidad como insulto. Eso es para que se fíen de cierta izquierda.

Los entrevistados no eran Jaime Mayor Oreja, Sánchez Dragó, Arrimadas, García Egea, Albert Boadella, Mercedes Milá, por poner unos pocos ejemplos. Los entrevistados eran conocidísimos antimonárquicos, que llevan su odio a la monarquía y a España, no con vehemencia, si no con furibundia. Los entrevistados no han sido otros que Juan Carlos Monedero que lleva mareando la perdiz un tiempo con este asunto, más vale que se calle a sabiendas de que este tipo fue cesado de sus cargos en Podemos por corrupto, pero de eso no se habla. El ínclito Gabriel Rufián, un charnego que no soporta llevar ese peso y se despacha a gusto cada vez que hay una cámara o un micrófono. Oskar Matute, de EH Bildu que además de antimonárquico es antiespañol e independentista, además de antisistema y Aitor Esteban que, mire por donde, este sí es monárquico pero de la rama carlista. El programa en cuestión le hace un flaco favor al periodismo, a la inteligencia, a la propia democracia y a la calidad tan necesaria en este y otros programas de televisión que son en sí mismos un enorme cubo de basura.

Hacer de la parcialidad la norma, basar una información en infundios, atentar contra el honor de las personas no es ni lo más ético ni lo más estético. Ignoro si los responsables del programa van a ofrecer una rectificación pública, lo dudo, me conformaría con que se abstengan de divulgar imágenes, datos, y documentos relacionados con la vida privada de las personas, porque afectan a su reputación, a su honor, además de ser una intromisión en su intimidad. Los responsables de EiTB no se han leído el Manual de Estilo del ente público vasco que en su artículo 58 determina que EiTB se abstendrá de hacer todo lo que ha hecho, en este caso con la figura del Rey Felipe VI. Y no sienten pudor ni vergüenza alguna. Sólo saben dar asco a la mayoría