La actividad humana, desde la noche de los tiempos, desde el Cuaternario, ha implicado una mejora continua que implica una resolución sin fin de la problemática que en cada momento se le ha presentado al género humano para lograr un mayor bienestar físico, psíquico, social, económico, jurídico, político, cultural, etc., pues todas estas materias, en mayor o menor grado, afectan a todos, a casi todos, los integrantes de una sociedad.

Todos, sin excepción, en función de las responsabilidades profesionales, familiares, ciudadanas, etc.; como de los medios disponibles, y de los estímulos que se reciban, como de las motivaciones que se tengan, que debieran ser las máximas posibles; tenemos la obligación laboral, por las contraprestaciones salariales y de cualesquiera otra naturaleza que se puedan percibir; la familiar, pues se supone que se asumen voluntariamente, pues no conozco ninguna ley que obligue a convivir en un domicilio con nadie o a procrear; y la ciudadana, pues vivimos en una comunidad de personas que precisan de políticos y funcionarios que la configuren, dirijan y gestione, y que precisa de financiación pública, fundamentalmente a través del pago de tributos, para atender los gastos públicos que una sociedad desarrollada, moderna, justa y solidaria precisa, como es los relativos a educación sanidad, infraestructuras, etc.

Por lo tanto el afán de superación, en cualesquiera de las tareas a las que tenemos que aportar nuestros quehaceres, debe estar en nuestro ADN, para contribuir a mejorar la vida de los demás, como la propia. Consecuentemente, en cada momento de nuestra vida tenemos que exigirnos como hacer el trabajo, las relaciones, las obligaciones de todo tipo y condición mejores.

Una manifestación concreta; de dar de sí lo mejor que se tenga, de ser siempre inconformista con nuestra situación y actuación, de contribuir a hacer un mundo mejor; es el emprendimiento empresarial, creando unidades productivas y de servicios, que satisfagan demandas no atendidas, proponiendo ideas de negocios, mejorando e innovando bienes y negocios, etc. Por ello, es lamentable, que gente joven que se está formando en las aulas universitarias en economía y empresa, la inmensa mayoría, quede muda cuando se les sugiere aportaciones, en base a lo que debieran aprender en el aula, sobre todo participando con sus sugerencias y demás aportaciones, para lo que se requiere informarse, documentarse, estudiar, etc, lo que contribuiría a un mejor aprendizaje, por implicar un mejor conocimiento de la realidad; además de aportar ideas para lograr una mayor competitividad de los negocios familiares, o de amistades, como una mejor comprensión de la realidad laborar a la que, antes o después debieran incorporarse, con un mínimo de solvencia técnica, "si no la quieren preparar".

La mejora continua, el "kaizen" de la empresa Toyota, es la mejor "medicina" para salir de crisis económico-empresariales, para encontrar empleo, para tener éxito como profesional liberal, etc.; lo que por cierto se enseña, se justifica, y se motiva, en las asignaturas de marketing y política comercial de los estudios universitarios.