Escuchad, no queremos haceros daño. Sois unos niños y este Tribunal no condena duramente a los niños. Queremos que seáis buenos padres de familia, no unos revolucionarios con fusiles de madera. Si queréis saber cómo se hace una revolución, o al menos una protesta que le meta el miedo en el cuerpo al Gobierno de España, mandad a Puigdemont que huya del palacio renacentista en Waterloo y se vaya a vivir a la Plaza Grande de Quito (Ecuador). Anímese, puede hacerlo hay miles de coches con maleteros en los que usted sabe acomodarse para enfrentarse al enemigo. Los indígenas ecuatorianos le pueden enseñar cómo se combate modernamente a los Gobiernos dictatoriales, deje de disfrutar de la comodidad de los belgas que son más europeos que la catedral de Notre Dame, así no se puede ir dando lecciones de "Indepe" y menos de revolucionario. Yo que admiro a los revolucionarios de verdad, estos que cobran de los impuestos del Estado Español me parecen unos "espabilados". Que culpa tienen los catalanes de tener unos dirigentes que han creído que son los modernos luchadores y que ellos los harán libres cuando consigan crear la República de la ínsula Barataria, más, parece que por ahora debe quedar desocupada.

¡Oh! Si el pueblo catalán es un pueblo culto que se merece ser elevado al honor de la gran civilización europea. El espíritu, la inteligencia, el arte y la cultura del pueblo catalán debe vivir separada del resto de España que son unos bárbaros. "Dueños y bárbaros son la misma cosa" dice Curzio Malaparte en Kaputt, aunque como pueden imaginarse la mayoría de los españoles no compartimos su opinión y según los fundamentos de la sentencia, el Alto Tribunal, después de haberlos escuchado, tampoco está de acuerdo. Esas cosas suceden como en el poema de Alberti, "Se equivocó la paloma". La actitud de los políticos independentistas me suscita estos recuerdos. Estos tipos se han dado cuenta que a los catalanes le gusta la fiesta coral en las calles y mientras ellos cobren del erario público quieren darles motivos todos los días para que lo hagan.

En cuanto al fallo de la sentencia del "procés" mi opinión es que el Alto Tribunal ha empleado demasiada literatura para justificar que no ha existido el delito de rebelión. El artículo 472 del Código Penal Español vigente dice: "Son reos del delito de rebelión los que se alzare violenta y públicamente para cualquiera de los fines siguientes:

1º Derogar, suspender o modificar total o parcialmente la Constitución.

5º Declarar la independencia de una parte del territorio nacional".

7º Sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno.

Muchas páginas para justificar que no hubo violencia ni fuerza suficiente que pusiera en peligro la seguridad del Estado. El Tribunal, que lo ha conocido todo, ha valorado a la baja el acto de declaración de la independencia por el Gobierno de la Generalidad debido a que posteriormente ese acto fue derogado. La consumación de la rebelión se produce simultáneamente con la declaración e independiente del tiempo en que se prolongó hasta la derogación, que puede ser un atenuante, nunca una eximente. Si la fuerza y la violencia utilizada por las Fuerzas del Orden Público dependientes del Gobierno Catalán y por los alborotadores hubiese puesto en peligro la seguridad del Estado probablemente el delito que se le habría imputado sin ningún atenuante.

Valora el Alto Tribunal que los alzados no estaban dispuestos a "conseguir a todo trance los fines que se proponían". ¿Esa apreciación es real o es subjetiva? La opinión más generalizada es que desistieron ante la imposibilidad material de conseguir los fines propuestos con los medios que disponían.

No estoy de acuerdo con los que piden sentencias ejemplarizantes, corresponde a quienes imparten la Justicia hacerlo en nombre de un estado justo y no propenso al ensañamiento.

Lo realmente cierto es que en buena parte de Cataluña sigue existiendo el peligro del uso de la violencia generalizada y cabe que en algún momento vaya acompañada del ejercicio la fuerza física, este aspecto si es una amenaza seria y fundada conforme se van desarrollando los hechos.