Amo profundamente mi trabajo y estoy muy agradecida a La Opinión-El Correo de Zamora por dejarme asomar todos los días a esta ventana de papel para otear el horizonte. Pero también quiero decir que si no hubiera podido hacer lo que hago, me hubiera gustado ser militar, siempre al servicio de España y de los españoles, fomentando la camaradería entre compañeros, luchando por unos ideales, entregando mi vida a la milicia y sirviendo a las órdenes de mandos como el teniente general, Miguel Alcañiz Comas, general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME)

El de hoy, miércoles 16 de octubre, no sé si será el día más feliz o puede que el más triste para el general Alcañiz. Con fecha de hoy pasa a la reserva y cesa en su cargo después de 46 años de servicio a España desde aquel 1973 cuando comenzó su carrera militar, ingresando en la Academia General del Ejército de Tierra. Desde entonces su vida ha sido de entrega al uniforme que permanentemente ha honrado en distintos destinos, sirviendo en distintas unidades de Infantería, en misiones internacionales, algunas de lo más arriesgado, hasta que el 28 de mayo de 2015, el destino le llevó a ponerse al frente de la Unidad Militar de Emergencias. Unos años de actividad frenética llevando a la UME a sus más altas cotas de prestigio, de profesionalidad y de permanente servicio, dentro y fuera de España, recordemos el episodio de Chile, que han hecho de la UME la unidad de referencia en el mundo.

Siento un aprecio enorme por el teniente general Alcañiz que me ha honrado con su amistad y con quien he tenido la oportunidad de compartir en pan y la palabra en esta ciudad nuestra que tanto quiere y por la que ha pasado en infinidad de ocasiones camino de León, quedándose a disfrutar de Zamora y a conocer mejor a los zamoranos. Hablar con el teniente general Alcañiz es hacerlo también con un compañero de profesión. No puedo olvidar que es licenciado en Ciencias de la Información y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. Siempre ha estado y está en contacto con la actualidad, la nacional y la internacional. Estoy convencida de que en el ejercicio de esta bendita profesión nunca vendería su alma periodística, convertido en un profesional insobornable de la libertad de prensa.

Su alma militar, le ha llevado a no pasar de puntillas por la UME, siendo como ha sido el principal impulsor de la recién creada Escuela Militar de Emergencias, siempre consciente de la importancia que la formación tiene en el resultado de las misiones de la UME. De ahí la profesionalidad de esos hombres que nos llenan de orgullo, a los que respetamos y admiramos y cuya valiente lucha contra el fuego nos ha tenido en vilo en más de una ocasión. El teniente general Alcañiz se va con la satisfacción del deber cumplido tras haber logrado reforzar la capacidad de la UME para actuar en emergencias tecnológicas y medioambientales. Un valedor del medio ambiente que milita precisamente en su defensa.

Aunque hoy pasa a la reserva, con destino o sin él, el teniente general Alcañiz será siempre lo que siempre quiso ser: militar. Ahora espero y deseo de corazón que el periodista brille con la misma luz, porque tiene por delante un importante camino que hollar. Su experiencia militar será siempre ese grado que añadirá a su trabajo periodístico en el que lo veo desempeñando un gran papel. Y cuando alumbre un libro, sabe que cuenta con un foro en Zamora en el que presentarlo. Mi teniente general, siempre a sus órdenes. Para mí es un privilegio y un honor contar con su amistad, mantenerla por grande que sea la distancia y por fuertes que soplen los vientos.