Nadie se traga ya el "independentismo no violento" del que alardea Quim Torra. No hay más que recordar las imágenes de la reportera de Tele5 o de otra profesional de TVE siendo agredidas verbal y físicamente por la turbamulta compuesta por energúmenos y energúmenas de todos los calibres. Entre ellos, es posible que todos fueran CDR, pero no todos eran catalanes de ocho apellidos. Esos son los peores.

Al grito de "Puta España", como si eso nos afectara con lo que llevamos ya escuchado, siempre que hay una cámara de cualquier canal privado o público de una tele que no sea catalana, montaron el número retratándose ellos solitos. Creo que ciertos insultos ya no nos afectan a fuerza de repetirlos y porque no ofende quien quiere si no quien puede. De este lado de la linde se les está respondiendo con más sutileza. Ahí están unos conocidos míos que utilizan un papel higiénico para lo propio muy especial, está hecho de trocitos de estelada catalana. Y no alardean. Y no insultan.

Es tremendo lo que está pasando en Cataluña sin que se tomen medidas contundentes. Es temerario que el presidente de todos los catalanes aliente a los violentos a cometer tropelías. Sobre Torra debe caer con toda su fuerza el peso de la Justicia. Se le están dando alas que hay que cortarle de inmediato. Quiere desestabilizar al resto de España, dividir a la opinión pública y como no le paren los pies puede pasar cualquier cosa. Los CDR están en pie de guerra y no se van a detener. Comprendo la impaciencia de Rivera. Entiendo la prudencia de Casado y admito que, aún en funciones, Sánchez y su Gobierno pueden y deben actuar cuanto antes. No sé si esa actuación pasa por el 155, pero tienen que actuar antes de que el asunto catalán se les vaya de las manos.

Los investigadores, Guardia Civil y Policía Nacional, tienen fundadas sospechas de que sobre los CDR, y otros grupos y grupúsculos que puedan existir, hay un "ente" coordinador que es el que ha tomado la decisión de que el independentismo catalán de carácter violento pase de la revuelta callejera al terrorismo puro y duro. Así fueron los comienzos de Terra Lliure que después terminó con una organización de comandos. Vascos y catalanes son los únicos que han tenido y tienen grupos terroristas en sus comunidades. La tendencia de unos y otros es a justificarlos, a darles abrigo y ánimos para seguir en la lucha.

Quien sea, se llame Torra, Puigdemont, Mas o Roger Torrent, han tomado la decisión de dar paso hacia el terrorismo con la firme voluntad de cometer acciones criminales con fines desestabilizadores. La acción preventiva, materializada por la Guardia Civil, es fundamental para atajar un peligro que no es baladí, es real, un peligro que se está produciendo. No hay más que ver cómo se las gastan. Agredir a una reportera también es violencia machista. Lo malo es que entre los violentos hay alguna 'macha'. Cuanto más gritan, cuanto más desgreñadas, más machirulos.

La célula de los CDR detenida por la Guardia Civil, no es la única. Por eso buscan más. Los hay. El Torra tiene su propia CNI y se ocultan y los ocultan para seguir vendiendo la imagen de una Cataluña independentista pacífica, tolerante, que lucha frente al opresor español. Torra se presenta a sí mismo como la reencarnación de Mahatma Gandhi y a sus terrorista como monjes tibetanos. Y como siempre hay algún imbécil que se cree todo lo que le cuentan porque el aparato de propaganda exterior funciona sin que ningún gobierno de España haga nada para pararlo, hete aquí que algunas veces se hacen oír.

Y el "ente" sospechoso, sin aparecer. Es necesario que se desvele su identidad y se acabe de una vez por todas con los 'pogromos' separatistas.