"Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada". Edmund Burke.

Leemos últimamente, en la presa diaria y vemos en los informativos noticias sobre las novatadas a los colegiales que acceden por primea vez a los colegios mayores y residencias universitarias, cuestión de gran relevancia y de plena actualidad en nuestra sociedad y de graves consecuencias para los jóvenes que las sufren.

Quien estas líneas escribe residió durante los cinco años de carreta en un Colegio Mayor en Salamanca, concretamente en el Colegio Mayor Hispanoamericano Hernán Cortés.

Corría el año 1972, cando iniciábamos la carrera y mi amigo Manolo y yo, que estábamos internos en los Escolapios, decidimos irnos al Colegio Mayor Hernán Cortés y créanme que en aquél momento las llamadas novatadas eran actos de acercamiento de los veteranos a los que llegaban al colegio o residencia universitaria por primera vez, y en las novatadas estaban presentes el vicerector del Colegio y el jefe de Estudios.

Opino de lo que conozco y de lo que viví hace cuarenta y siete años por estas fechas, aproximadamente.

Actualmente y por lo que se ve en los informativos, las novatadas son en muchos casos actos violentos, a través de los cuales se trata de vejar, humillar, maltratar, dañar la dignidad de las personas que las sufren, y esto no puede permitirse.

La sociedad ha de concienciarse y sensibilizarse que no se puede se permitir el mal trato entre universitarios y que lo nuevos no pueden actuar por miedo a represalia.

He leído que algunos jóvenes están pasando los peores días de su vida y eso la sociedad no lo puede permitir.

Ha de desterrarse que las novatadas son bromas o tradiciones que resultan divertidas.

Las novatadas, en muchos casos, son actos violentos, que deben prohibirse de raíz, porque ningún estudiante debe sufrir actos humillantes, por tal motivo a las novatadas debemos oponernos todos.

No más novatadas.