Ante el trágico desenlace del fallecimiento de nuestro obispo D. Gregorio, quiero expresar en nombre de la diócesis el agradecimiento de ésta y el mío propio, como Administrador Diocesano, sede vacante, por las muestras de cariño recibidas tanto de personas individuales como de instituciones civiles, militares, académicas, de asociaciones, grupos y movimientos eclesiales.

Quiero agradecer a cuantos se han interesado por D. Gregorio, tanto en la faceta humana como en la evolución de su salud, la preocupación que por él han tenido. Gracias a los facultativos que durante tantos años le han tratado, que siempre han procurado que tuviese una calidad de vida que favoreciese su dedicación y entrega al ministerio episcopal. Gracias a todos los que con su oración han alentado su vida y trabajo pastoral entre nosotros. Gracias por la numerosa participación ciudadana tanto en la capilla ardiente de la iglesia de san Andrés como en la liturgia exequial e inhumación en la Santa Iglesia Catedral. Agradezco también a los medios de comunicación la cobertura informativa que han hecho tanto de la muerte como de las exequias de nuestro anterior obispo D. Gregorio. Su labor ha sido encomiable y reconocida expresamente por nuestros hermanos de otras diócesis de España.

Pidamos al Dios de la vida que le acoja en su seno y lo resucite en el último día, y que, entre nosotros, quede el recuerdo agradecido de lo que fue, dijo e hizo.

(*) Administrador diocesano