Sí, ya les vale a las eximias "miembras", o a quien corresponda, de Urbanismo, el área municipal ingobernable, donde unas cuantas señoras y señoritas hacen lo que les sale de donde les sale. Gracias a ellas, y esto debe saberlo toda Zamora, se están cerrando puertas y perdiendo posibilidades de inversión y de trabajo. No sé pueden rehabilitar viejos edificios, no se pueden abrir comercios, no se puede dar vida para convertirlos en hotelitos a viejos edificios del casco antiguo que acabarán como todo en Zamora, por los suelos. La gente viene atraída por lo que los propios zamoranos vendemos de nuestra ciudad y sobre nuestra ciudad. Se enamoran de este o aquel edificio que quieren comprar para reconvertirlo y una vez que entran en contacto con urbanismo, se van para no volver.

Todos dicen lo mismo. "No podemos perder el tiempo con unas personas que no razonan, con unas personas que están poniéndola puertas al progreso de Zamora". ¿Qué diantre pasa en el Ayuntamiento que ninguna corporación pasada, presente y me temo que futura, es capaz de ponerle las peras al cuarto a las susodichas? No pueden tener la sartén por el mango y el mango también. Tan culpable de la situación es la que lo hace y que más tarde o más temprano, en cuanto haya un alcalde con bemoles, acabará pagando, como el que consiente, como el que mira para otro lado, como el que no tiene voluntad, como el que vive preso de un miedo irracional e incomprensible.

Señores, Zamora no avanza en muchos aspectos porque hay una serie de personas, luego hablan de los políticos, que no quieren, que no les da la gana, que van a gusto en su burra, que anden ellas calientes y despotrique la gente. Se pasan por el forro de sus faldas y pantalones, todo lo que se escribe y todo lo que se dice porque nada se hace. A lo mejor, quién sabe, un decreto de alcaldía podría servir, ¡yo qué sé! Hay que acabar con esta situación que impide actuaciones en el edificio de la Plaza Mayor que quiere convertirse en hotel, en el de las Cariátides, en tantos del casco viejo como han venido a comprar empresarios andaluces y vascos para invertir, hasta que se han visto obligados a hacer 'fu' como el gato y largarse.

Ya pueden invertir en campañas de turismo y de promoción de Zamora. Ya pueden hacer virguerías adjuntando fotos y hablando de las posibilidades que ofrece Zamora. Necesitamos fijar población y eso también se hace a través del trabajo. Si entre tres o cuatro no permiten que eso sea así, dejémonos de reuniones infructuosas, de hablar con estos y aquellos de despoblación. Lo que tenemos que hacer es una manifestación multitudinaria que nos lleve, todos a una, hasta las puertas de urbanismo y actuar en consecuencia.

Me han presentado a una serie de empresarios llegados de fuera, con muchos posibles para dar vidilla a la moribunda Zamora, y dos de ellos ya han desistido. Otros viven en Zamora y van aguantando a ver qué pasa, pero como se cansen, ni hotel, ni puestos de trabajo, ni dios que lo fundó, un dios menor, por supuesto. Esas personas que provocan el desinterés de los que vinieron atraídos por una quimera que es realizable, debieran ser declaradas personas 'non gratas'. Y luego van por la calle aparentando ser normalitas. Y es que esto que aquí cuento sólo sucede en Zamora. Porque los empresarios andaluces a los que aquí se les puso trabas, ya han sentado sus reales en otras provincias de nuestro entorno donde, además, se les ha recibido con flores. Aquí se hace lo propio pero con cardos borriqueros. Y así nos va. Gracias a las tres o cuatro que manejan Urbanismo a su antojo.