Desde la época de la Grecia clásica, al menos; aunque habría que remontarse a la "noche de los tiempos", pues desde sus orígenes el género humano ha contado con "recursos escasos susceptibles de empleos alternativos", es decir ha tenido que decidir, como ocurre actualmente a los Gobiernos, a las Administraciones Públicas, a las empresas, a las organizaciones de todo tipo y naturaleza y, cómo no, a cada sujeto; a decidir, y priorizar, en función de sus competencias, necesidades las tareas a realizar, sobre cómo gestionarlos con racionalidad, sentido común, austeridad, etcétera.

A tales fines, especialmente; aparte de la madurez, la reflexión, la experiencia, el sentido de la responsabilidad, la conciencia personal, profesional y ciudadana, que cada uno debiera tener para tomar las decisiones de todo tipo que deba asumir, y para lo que no se precisa ser un "erudito" en Economía y Derecho; cada uno debiera ser consciente, y consecuente, para cumplir sus respectivas obligaciones con eficacia y eficiencia, evitando perjudicar a los demás por no hacerlo con plenitud de sus facultades y supuestos saberes profesionales. Consecuentemente, si no es un irresponsable, un "delincuente social", un parásito, una "cabra loca", un vagazo, etcétera, su contribución leal, sincera, plena a la sociedad, ofreciéndole sus conocimientos, su esfuerzo, su trabajo, su talante, su humanidad, etc., contribuirá a que sea cada día más desarrollada económica y socialmente, como más justa.

Así, economistas y juristas, por la preparación académica que se les supone; lo que en muchísimos casos es "mucho suponer", por su casi nulo esfuerzo, responsabilidad y preparación durante su paso por el "Alma Mater", pues se suelen aplicar la "ley del mínimo esfuerzo" y luego se quejan amargamente a los "papis", que a veces son unos vengativos y miserables, "me han suspendido", cuando lo correcto es decir "he suspendido por la ignorancia supina demostrada en el examen, en la nula participación en clase, en limitarse a no ir, o a tomar notas que están en los textos que se le recomienda, y por supuesto, nada de escuchar atentamente, de pensar, de reflexionar, de deducir, de contrastar, de exponer, debatir y dialogar en el aula.

Correlativamente en el ejercicio profesional subsiguiente; pero, bueno, apliquemos aquel principio jurídico de "in dubio pro..."; son los primeros que deben procurar que la economía y el Derecho, en cada momento, contribuyan al desarrollo económico y social de la sociedad, del país, de la empresa, de las Administraciones Públicas, de las entidades no lucrativas, de las organizaciones no gubernamentales, etc.; lo que exige saberes y aprendizaje continuado, entre otros requisitos, "talento", tan escaso y tan demandado por las empresas "de vanguardia".

Pues se supone que cuando eligieron tales profesiones, fue por vocación, capacidad y gusto, salvo que lo hicieran porque "la nota de corte" no le alcanzara para la que sentían "preferencia"; y se matriculan en la de 5 sin ninguna vocación e interés, lógicamente. Además de estos "doctores, licenciados, graduados y diplomados" en estas "lides", son, en el ámbito de lo público, como es la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos y las Diputaciones Provinciales, quiénes tienen que proponer medidas y acciones a los políticos, para la aprobación de sus respectivos presupuestos generales, que posibiliten las obras y servicios que impulsen las inversiones privadas, la cohesión del territorio y sus poblaciones, como son, por ejemplo carreteras en buen estado, abastecimiento suficiente de agua potable y acceso sin dificultades y con rapidez a Internet, a las TIC; y financiar la disponibilidad de profesionales sanitarios, de la educación, etc.; especialmente en el medio rural, cuyos ciudadanos pagan los mismos impuestos que los que viven en el medio urbano y, correlativamente, tienen los mismos derechos.