Un año más los zamoranos se han echado el monte y han subido a Peña Mira para denunciar a los cuatro vientos los problemas de una provincia que se despuebla durante los doce meses de todo el año, en medio de las celebraciones de fiestas, procesiones, encierros, ferias y verbenas del bendito mes de agosto.

Han resuelto que por un día hay que echarse al monte porque, pese a las apariencias veraniegas, Zamora no está para fiestas. Porque sin día laboral no hay día festivo que valga, y lo que falta es trabajo para poder celebrarlo en condiciones: en buenas condiciones laborales, por supuesto, y con trabajo y en consecuencia con fiesta para todos.

Han dejado por un día las procesiones festivas para honrar e invocar lluvia y buena cosecha mirando al cielo a los santos patronales de cada pueblo, para echarse al monte en una manifestación reivindicativa que invoca mirando a la tierra chica a los patrones políticos que deben resolver los problemas comunes de todos los pueblos de Zamora, y que no han impedido que el campo se abandone porque no se valoran ni pagan las cosas del comer.

Han decidido que por un día van a dejar de correr en los encierros festivos delante, al lado o detrás del toro, para coger al toro por los cuernos y enfrentarse sin muletas y de cara a los proyectos que nos dejan sin nuestras "vaquillas" (por el tamaño de las granjas) de leche o de ganado en extensivo para sustituirlas por macrogranjas de animales encerrados, esos sí para siempre y no hasta que quiten las talanqueras.

Han dispuesto que no van a ir por un día a las ferias festivas, porque quieren contar la feria según les va en ella durante todo el año. Y decir por ejemplo que ya no quedan comercios a diario en los pueblos, y que los comerciantes y artesanos que venden sus productos a los veraneantes de agosto en la feria, no tienen quien les compre el resto del año porque no hay clientela real y porque no llegan a la clientela virtual por falta de conexión a internet en los pueblos.

Han cambiado por un día los bailes de las verbenas festivas por la marcha esforzada por el monte; y la canción del verano, por el grito reivindicativo de todos los veranos en Peña Mira, este año contra la despoblación y todos los años contra la falta de servicios. Han negado el bucle de la rentabilidad capitalista o liberal "si no hay población, no puede haber servicios y viceversa", en el que no se sabe si es antes la gallina o el huevo, pero en el que nos quedamos sin la una y sin los otros, porque hay muchos gallinas y huevos no le echamos los suficientes. (No es lenguaje machista, porque las gallinas son hembras y son las que ponen los huevos).

Son ya ocho años los que lleva la Asociación para la Defensa de Sanabria y Carballeda echándose al monte para subir a Peña Mira, acompañados cada vez por más asociaciones de todas las comarcas y pueblos de Zamora como la Asamblea Rural de Aliste o la más reciente Pueblos Vivos, para denunciar tantas cosas: la falta de trabajo; el abandono de la agricultura y la amenaza de las macrogranjas para el empleo, el agua y el pan, el medio ambiente; la falta de servicios privados como los comercios y el desmantelamiento de los servicios públicos como la sanidad, la educación y los servicios sociales; la necesidad de las comunicaciones clásicas y de las nuevas tecnologías para evitar el aislamiento humano; la despoblación y el vaciamiento en definitiva.

Sin embargo, en la ronda de contactos de Pedro Sánchez para hacer su programa de "no gobierno con Podemos", para hablar de despoblación convocó a "Teruel Existe" y "Soria Ya", pero no ha contactado con nadie de Zamora. Ni con la reciente Plataforma Viriat@s, que se han quejado por ello; ni con los movimientos de la zona rural zamorana que llevan más años de trabajo, de denuncia, de lucha tenaz sin quejarse, pese a que el otro Presidente, el de la Diputación, tampoco los ha recibido. No saben los dos Presidentes que Zamora se ha echado al monte ¡Y lo que te rondaré, morena!

Porque si, además de todo lo dicho, por algo son admirables los que se echan al monte es porque no se rinden a mitad del camino sino que llegan todos los años a la cumbre para decir las verdades del montañero, que son las mismas del barquero y del trabajador - de la montañera, la barquera y la trabajadora-

Y que este año las ha dicho una mujer muy joven, llamada Laura Boyano ¡Laura tenía que ser! O sea, mujer.