La presentación que ha hecho el presidente de Ciudadanos de su nueva y numerosa cohorte de aduladores no me ha sorprendido pero me ha llamado la atención. Tenía varios modelos para hacerlo, por ejemplo el que hacían los "Camisas pardas" Alemanes o los "Camisas negras" italianos para saludar a sus líderes, también podía haberse inspirado en la Falange Española con el saludo entre hitleriano y musoliniano, si hubiese preferido uno exótico podía haber elegido el que hacían los "Lobos grises" turcos, cuando se presentaba el líder imitaban el aullido del lobo. El lobo gris es un mito de las leyendas románticas del nacionalismo turco que se remonta a los orígenes de este pueblo procedente de la meseta del Asia Central. En su éxodo hacia el Oeste a principios del siglo VIII. Otra puesta a punto moderna la ensayaron los chicos y chicas seguidores de la doctrina del líder de Podemos al grito de "afuera la casta" convertido en la casta del casoplón, éste le habría cuadrado como "anillo al dedo" a su slogan "la banda". En el último discurso de cinco minutos en la fallida elección a Presidente del Gobierno de pedro Sánchez, pronunció 9 veces la palabra banda y otras tantas la de "plan", una exhibición chunga del lenguaje vulgar. En fin, de todas las presentaciones históricas conocidas prefirió la que hacían los emperadores romanos.

El emperador aparecía sentado en la silla curul rodeado de los senadores nombrados por él y lo aclamaban al grito de "Ave Caesar, Imperator". El Emperador Calígula apareció en alguna ocasión con su caballo Incitatur, no se sabe si ya nombrado senador o antes. Que se sepa lo de los caballos es privilegio de los de Vox, que hacían campaña por los campos andaluces a la grupa de pura raza árabe como corresponde al linaje de los que se creen amos de España.

El imperator de Ciudadanos aparece en las fotos de los periódicos sentado en trono rodeado por su cohorte de aduladores, una puesta a punto fina inspirada en la película Gladiator de Ridley Scott. Guárdese de los Idus de agosto y acuérdese de la expresión de Julio César, "tú también, Bruto, hijo mío". Alguno de los que le adulaban el otro día traicionaron a sus partidos cinco minutos antes de pasarse a su "banda".

El pluralismo es una cualidad del sistema democrático pero no creo que el lenguaje finalista de los actores políticos sea necesario para defender las propuestas del partido que representan. Quienes piensan que denigrando al adversario político se ensalzan así mismos deberían ser conscientes de que pueden expresar sus opiniones gracias al sistema democrático bajo el que se cobijan y que nos queda más remedio que escucharlos, aunque oyendo las últimas peroratas de este devenido populista tiene lógica que se le califique del enigma del centro democrático. Unos días nos parece que quiere emular al presidente Donld Trump, otros días al expresidente Aznar y otros a sí mismo. No sabemos si se trata del paradigma de la indecisión liberal o lo hace por una necesidad fisiológica. En cualquier caso sus opiniones no aportan absolutamente nada al buen gobierno de España.