A mí me llaman así todos los días un montón de veces. Algunos lo hacen con saña, con ganas de hacer daño, con verdadera alevosía, sin caer en la cuenta de que no ofende quien quiere si no quien puede. Sin chulería, ¡me la refanfinfla! Que me llamen lo que quieran, por llamarme hasta me han llamado hija de... Y se han quedado tan oreados, tan progres, tan demócratas. Me da igual, francamente. Quienes más insultan son los que más tienen que callar. A alguno que otro lo tengo ya localizado, que no piensen que voy a ir a por ellos judicialmente, no puedo perder el poco tiempo que tengo con gentuza así.

Los que tienen todo el día en la boca la palabra "facha", la dedican a los que son o intuyen que son o creen que son de derechas. El facherío es de derechas. Porque ellos lo digan. Hay más fachas en cierta izquierda, por comportamientos y actitudes, que en la derecha. A no ser, claro, que directamente vayas presumiendo de español y lo confundan con otra cosa porque, a ver, si llevas una pulsera o un colgante con la bandera de España, zasca, ¡eres facha!; si se te ocurre hacer deporte con una camiseta que como distintivo lleva la bandera de España, zasca, ¡eres facha!; si vas vestido con elegancia, zasca, ¡eres facha!; si vas bien lavado y bien perfumado, zasca, ¡eres facha!. Y ya nada digo si se te ocurre defender la unidad de España o el castellano como lengua oficial, entonces el zasca es mucho mayor. Cuando en realidad, facha es el que hace lo contrario: el que pisotea, escupe e insulta a la bandera; el que despotrica contra las Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; el intolerante; el que defiende la independencia de Cataluña y algún espécimen más que ahora se me escapa y que milita en el buenismo.

Hace unos días, dos establecimientos en concreto ubicados en Santa Clara y que venden una ropa monísima, una ropa de calidad a la que a unos pocos les ha dado por identificar como propia de la derecha sufrieron sendos atentados, unos los han llamado grafitis, nada más lejos, los demás hemos visto claramente que se trata de pintadas asquerosas en las que no podía faltar la palabra 'facha', la favorita de los descerebrados e indocumentados. Vergüenza debería darles y de paso al Ayuntamiento que permite que estas cosas sucedan. Más vigilancia y menos regodearse en las liberaciones. Y eso va para todos, gobierno y oposición, que no hace nada. Si el Ayuntamiento tuviera que gastarse la guita para limpiar las pintadas, otro gallo cantaría a Solera y a otros establecimientos como La Valenciana que junto a monumentos y mobiliario público también han amanecido de guisa tan desagradable.

Azeco está en la obligación de exigir una mayor vigilancia porque como muy bien han reconocido, este tipo de cosas afecta por igual al sector y a la imagen de la ciudad. Otra vez la están emborronando. Otra vez la horda de vándalos de procedencia inequívoca, dado el mensaje, está haciendo de las suyas contra lo de todos. Y todos a una debemos reaccionar y pedir que se acabe con esta situación. Algunos actúan como nazis. De hecho tales comportamientos, señalando porque sí, a determinados establecimientos o personas me recuerda a los pogromos nazis contra los judíos. Empezaban señalándolos con la estrella de David y acaban linchándoles, hacinándoles en guetos o directamente matándoles en vida en campos de concentración. Que no, que no hay tanta diferencia, que por algo se empieza. Y lo que así empieza, acaba mal.

Me solidarizo con los dos establecimientos insultados y emborronados, siento lo que se han debido gastar en la limpieza y les ánimo a que continúen sin desfallecer, llenando dos huecos de un comercio que no debe desaparecer.