Entre tantos azares políticos como estamos viviendo, fruto en gran medida del partidismo exacerbado, hay apuntes o restos más o menos locales de otra cosa, simbolizada en la condecoración otorgada por el presidente gallego Alberto Nuñez Feijoo (PP) a los presidentes salientes de Asturias y de Castilla y León, Javier Fernandez (PSOE) y Juan Vicente Herrera (PP). Lo que se les reconoce es haber logrado urdir una benéfica trama de colaboración entre sus Comunidades para tratar de evitar que el Noroeste de España caiga en la marginación. Es tan infrecuente esto como que los sucesores de los salientes, Adrían Barbón (PSOE) y Alfonso Fernández Mañueco (PP) hayan acudido para bendecir lo que hicieron y muestren voluntad de continuarlo, rompiendo la tradición de deshacer lo que el anterior había construido. "Otra política", se titula el evento, pero se trata de la verdadera política.