En otro tiempo (la II República, por ejemplo), no se hablaba de derecha e izquierda, sino de las derechas y las izquierdas, dando por supuesta la variedad que había dentro de ellas. El singular respectivo llegó con el bipartidismo, y ahora, fenecido éste, parece que hay que volver a los orígenes ("derechas e izquierdas"). En realidad todo ha cambiado mucho en algunas cosas, pero ha cambiado poco en otras. Por ejemplo, no ha cambiado que, en tiempos de enfrentamiento, el centro se echa a la derecha sin problemas, como hicieron Melquiades Álvarez y Alejandro Lerroux. Sin embargo han cambiado mucho los motivos para el enfrentamiento, y basta ver los datos de desarrollo económico y social y de reparto de la renta por estratos. Hoy se sobreactúa en las diferencias, para marcar territorio. O sea que lo que no cambia es la costumbre de los machos alfa de los partidos de mear en las esquinas.