A la vicepresidenta en funciones del Gobierno de España le gusta liarla parda, le gusta rizar el rizo, le encanta el protagonismo que no viene dado por su condición de miembro del Gobierno en funciones, sino por su calidad de feminista recalcitrante. La señora Calvo, que hoy está de celebración, se ha apropiado de la lucha feminista, no hay nadie que le haga sombra. El feminismo es, si no un invento propiamente dicho del socialismo español, son las mujeres socialistas, ellas y solo ellas, con Carmen Calvo a la cabeza, quienes se lo han "currado" a conciencia, quienes le han dado carta de naturaleza, quienes directamente lo han parido sin epidural, es decir, con dolor.

rando que el feminismo se gestó en el seno del socialismo a lo largo de sus años de historia que son bastantes, con altibajos, con luces y con sombras. Para la vicepresidenta, el feminismo "no es de todas". "No bonita -ha dicho- nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista, del pensamiento socialista". Ahora me entero que no se puede ser de derechas y feminista, que no se puede ser liberal y feminista, que no se puede ser capitalista y feminista. Que todo lo bueno y bello de la vida, ¡qué bello es vivir!, se ha gestado en el vientre del socialismo español fundamentalmente. Que a las mujeres socialistas, a ellas y solo a ellas, debemos la lucha, las reivindicaciones, los logros conseguidos y todo lo demás. Me parece un agravio. No se puede hablar con esa contundencia haciendo de menos a cuantas lejos del socialismo han hecho de más a favor del feminismo bien entendido. No el de la bronca, no el de la exhibición, si no el de los frutos.

Qué lástima que a pesar de los esfuerzos de la señora Calvo y compañeras de escudería sigan persistiendo la desigualdad y la discriminación. Señora mías, el activismo no tiene color. El activismo está abierto a todas las ideologías sin exclusión alguna. Es usted y las que son como usted, las que ponen puertas e incluso muros infranqueables a las que no piensan como ustedes por mucho que permanezcan inamovibles en la lucha contra el machismo y la desigualdad. No pueden, ni deben patrimonializar y utilizar a su antojo el movimiento feminista para reivindicar unas posiciones que no siempre son las mejores, ni las más sensatas, ni las más prudentes en la defensa de las mujeres. No hay que colgarse medallas, que sean otros los que así lo hagan. Confundir feminismo con izquierda es excluir a un buen número de mujeres que se sentirán postergadas y hartas de que el monopolio del feminismo tenga solo un color.

No defiendo el feminismo de derechas ni critico el feminismo de izquierdas. Creo firmemente que el feminismo en general busca lo mismo. Lo que crítico, y ni siquiera eso, es la apropiación indebida que del feminismo hace la señora Calvo. El feminismo no tiene pertenencia, por lo tanto no se puede situar en exclusiva a un lado del arco ideológico. La igualdad de las mujeres, de todas las mujeres, debe influir por igual en todas las ideologías, sin estridencias. No es necesario hacer ruido, es de vital importancia ser efectivas. Cuantas veces, el ruido y la efectividad están reñidos. El feminismo es una potente herramienta de transformación que no debe conllevar pugna ni disputa alguna en función de la ideología.

La conquista de la igualdad real y plena no pasa en exclusiva por las manifestaciones y las celebraciones, también pasa por el trabajo callado y efectivo, serio y seguro. Pero eso no cuenta para quienes siguen prefiriendo la confrontación y la exclusividad.