Que bien se predica desde el poder. Que buenos consejos se dan cuando el poder adquisitivo es alto. Que bien se ven ciertas cosas como la igualdad desde el poder y desde el dinero. Tenía yo una amiga multimillonaria, desgraciadamente fallecida, que todo el santo día me estaba dando consejos de como tenía que ahorrar, de cómo debía invertir, de cómo y cuánto debía gastar, en fin, todas esas cosas propias de millonaria a la que le sale el dinero por las orejas. Lo malo es que ella ahorraba e invertía, sin meterme en hondura financieras, con los intereses y los beneficios que le generaba su enorme fortuna y servidora debía hacerlo con el sueldo pequeñico que ni para invertir ni para ingenierías financieras. Un poco de ahorrico en un plan de pensiones que no sé yo y lo demás, para comer y para pagar el pan que como, la luz que gasto, el agua que bebo y los impuestos municipales y nacionales. Eso sí, estirando mucho el dinero.

Por eso hay brechas insalvables y no precisamente, que también, entre hombres y mujeres, si no entre mujeres económicamente fuertes y poderosas y las curritas de a pie dependientes de un sueldo. Por ejemplo, la superministra Carmen Calvo que tantos consejos y recomendaciones nos da al cabo del día, cuando ejerce y cuando no, puede lucir un cinturón de Hermés, ¡casi nada al aparato!, valorado en tres mil y pico euros. Ni por el forro los veo yo y porque si alguna vez sobra un poquito, se guarda como oro en paño por si mañana. Ese mañana que siempre es hoy y que se puede presentar en cualquier momento es el que nos lleva por la calle de la amargura. Los 'por si mañana' a veces se presentan todos los días o todos los meses o varias veces al año. Hay quienes se endeudan para ir de vacaciones, otros lo hacen cuando lo ahorrado 'por si mañana' se presenta de improviso y no llega.

Lo del cinturón con hebilla 'chic' de la prestigiosa firma francesa es un alarde que hay que las políticas deben tratar de evitar. La tendencia muy española de comparar resulta fastidiosa y desautoriza cualquier reflexión, cualquier recomendación, cualquier admonición que provenga en este caso de la ministra Calvo. El acto inaugural de un curso de verano de la UCM, no exigía tal derroche. Con ese dineral hay para comprar cinturones para la población femenina de media Zamora. Eso sí, nada de Hermés, ni Chanel, cinturones de Stradivarius que son monísimos, la mar de juveniles y pegan con todo. No llegan a diez euros ni con prisa.

La vicepresidenta del Gobierno en funciones asistía a la inauguración del curso de verano, "Qué esconde la brecha de género en el trabajo. Propuestas por la equidad". A la vista del cinturón se me ocurren muchas cosas y ninguna descabellada. Esta brecha en concreto no tiene género. La brecha está entre las propias mujeres. Y no siempre gana más la más trabajadora, la más eficiente y eficaz, la que más vale. A veces la que más gana es, la más pelota, la más maula, la más holgazana, la más negativa, la más incompetente. Yo qué sé. Para que unas ganen mucho, sobre todo en política, otras tienen que hacer el peor trabajo, que se lo pregunten a las 'Kelly's'. Y la política, y no sólo lo digo por la señora Calvo, Zamora tiene infinidad de ejemplos y no precisamente del Partido Socialista, suele amparar, salvo excepciones, a lo peor de cada casa. A las que no dan un palo al agua en cuatro putos años y a las que todo lo venden cuando en realidad dejan lo que tocan hecho un erial de incompetencia. Pero, ahí las tiene usted, dándonos lecciones de género, de brechas, de 'escalabraduras' y proporcionando propuestas que ni ellas mismas se lo creen. Dios nos pille confesados sobre posibles futuros nombramientos.