Salta esa barrera mental. Vete de cañas con el compañero de trabajo que te parece insoportable. De cerca lo será menos. A la tercera, Asturias patria querida. Si te dan miedo los perros, deja que una -grande y musculosa- te lama la cara. Quédate a solas con ella en un apartamento. Enamórate para siempre.

Si creciste en un barrio, si crees que nosotros llevamos el mérito tatuado en la piel, haz un proyecto con el hijo de un ministro. Desayuna tus prejuicios sin mermelada cuando esté en la oficina antes que tú. Haz una amiga colombiana que fulmine los tópicos cuando le pidas perfume y te diga que no usa porque le parece una imposición social. Crece.

En este mundo cada día más segmentado, donde nos venden como un privilegio recibir solo la información que creemos que queremos. En este tiempo del todo a la carta, por favor, lee algún diario de derechas -o de izquierdas, del que no te guste-. También tienen buenos periodistas. Algunos son mejores, asúmelo. Dinamita las trincheras. Que no nos encierren.

Rompe en pedazos esa tontería de "si no tiene libros, no te lo folles". Sal con alguien que no fue a la universidad. Sal con alguien que fue y se pasa los sábados jugando al FIFA. Descubre el amor sin esnobismo. Descubre EL amor. Descubre el amor despojado de intereses y filtros de Instagram. Tiene un mejor desnudo.

Si te dicen que eres homófobo, si todavía haces chistes de "mariquitas", vete a una discoteca gay. Urgente. Diviértete como nunca lo has hecho. Abraza el color, la libertad. Besa a alguien de tu mismo sexo. Quizás te sorprendas.

Cambia de trabajo. Tu título, la letra cursiva de tu contrato no te define. La puerta de tu jaula de oro -o de plástico- está abierta. Siempre lo estuvo. Vuela, no vas a caer. Te van a salir unas alas que no sabías que tenías. No le debes explicaciones a nadie. Traiciónate, sobre todo, a ti mismo. Haz lo que nunca harías. Rompe tus promesas. Supera tus límites. Fuera de la zona de confort está la vida. No te la pierdas.