El título de este artículo podía haber sido un poco más llamativo si lo hubiese titulado "en cualquier sitio que tocas todo está corrompido". Este asunto lo traigo a esta columna por la reciente sentencia de un Tribunal que ha obligado al Ministerio de Fomento a publicar que durante el mando de la señora Pastor como ministra subvencionó con 2,5 millones de euros en propagada sin salir a concurso a dos periódicos nacionales y a una emisora de radio. Yo no sé lo que publicaban estos medios, porque uno, que lo había leído a diario durante más de treinta años, dejé de hacerlo hace más de veinte por tendencioso y el otro relacionado con la sentencia solamente lo leí el día de su salida, y éste se da la circunstancia de que lo recibía en mi buzón en el mismo paquete que el periódico en el cual yo entonces colaboraba. Iba directamente a la papelera. Siempre me pareció un mal convenio y así se demostró, un par de meses después éste se vio obligado a cerrar.

A la emisora de radio subvencionada no le he dedicado nunca más de treinta segundos de escucha, cuando cambie los exabruptos por la información quizás la oiga en alguna ocasión. Supongo que si el subsidio les hubiese llegado de otro partido político rival la información la habrían dado en sentido contrario. Espero que revisen la historia y se den cuenta de que han estado prestando un mal servicio a los españoles y han dejado en mal lugar al periodismo.

Desgraciadamente esto no es nuevo, la guerra ideológica ha utilizado con frecuencia a los medios de comunicación de forma quizás más difusa pero muy eficaz a la elite de la intelectualidad. En 1950 fue fundado en Berlín por Nicolás Nabokov, compositor ruso nacionalizado en Estados Unidos de América del Norte; el agente de la CIA. Michael Josselson y Robie Macauley escritor y también agente de la CIA y el periodista estadounidense, Melvin J. Laski con sede en París (104 Boulevard Haussmann- París 8) con agencias en una treintena de países, "El Congreso por la Libertad de la Cultura". El New York Times desveló en 1967 que la CIA había dedicado millones y millones de dólares a la infiltración directa en los que se suponían sacrosantos terrenos de la Cultura. Los colaboradores, liberales burgueses que disfrutaban de la libertad del capitalismo, frente a tantos periodistas, científicos y escritores comunistas víctimas del totalitario dirigismo estatista soviético, y que en su generosidad dedicaban parte su tiempo a ser paladines de una emancipadora Libertad de la Cultura, se negaban a reconocerse también como otros soldados más de la Guerra Fría, como intelectuales mercenarios a sueldo.

En mi caso particular cuando examiné la lista de los colaboradores me sorprendí de que los libros escritos por muchos de ellos los he tenido como "textos de consulta" y con frecuencia los he citado al pie de página en artículos en varias revistas en las que he colaborado. Cuando descubrí la hipocresía de tanto intelectual me di cuenta de cómo nos han manipulado a muchos de nosotros que leíamos sus libros en los que había un mensaje subliminal de rechazo a cualquier sistema político que no estuviese dirigido por los intelectuales del mundo occidental.

Lo que hizo la que fuera ministra Pastor en Fomento para transmitir su mensaje es una mala copia del Congreso de Berlín porque eligió a personajes de un nivel intelectual escasamente relevante y un poco fanatizados, quizás porque los asesores del Ministerio de Fomento eran unos chapuceros a una distancia increíble del de los asesores del Departamento de Defensa Estadounidense de 1950 del que era titular en la época George Marshall, el tipo que diseñó para Europa el plan de reconstrucción que lleva su nombre.