Sí, ya sé, que el título de este artículo no es muy original, que Delibes ha sido copiado hasta la saciedad, pero era tan entrañable oír a prebostes del PP llamar "Paco" a los cargos de Ciudadanos a los que trataban de camelar que no he podido resistir la tentación. Recordemos: Alfonso Fernández Mañueco, futuro presidente de la Junta de Castilla y León pese a perder 13 procuradores, llamó "Paco" cariñosamente a Francisco Igea, líder de Ciudadanos, cuando presentaron losdos el famoso pacto de los cien puntos que va a llevar a esta tierra a la cima del buen gobierno, la regeneración, la prosperidad y el futuro. Y José María Barrios, suplente convertido en titular sobrevenido en varios ámbitos del PP zamorano, también se refirió como "Paco" a Francisco José Requejo nada más sellar el acuerdo que convertía al segundo, a "Paco", en presidente de la Diputación de Zamora pese a ser el único diputado de su grupo. Curiosamente, ni Igea llamó "Fonsi" a Mañueco ni Requejo denominó "Chema" a Barrios. Ellos sabrán.

El caso es que ya conocemos de qué lado han caído los disputados votos de los señores Paco. En realidad, lo intuíamos justo desde el momento en que Albert Rivera tocó la trompeta, puso firme al personal y dijo aquello de "al PSOE ni agua". Y eso que aquí, en esta tierra, los chicos de Ciudadanos bramaban contra los muchos años que llevaba el PP gobernando la Junta y las diputaciones y se deshacían en improperios, medidos, eso sí, contra el caciquismo, el clientelismo, la colocación de amiguetes y familiares, el reparto de subvenciones, las corruptelas gordas y las de andar por casa, el oscurantismo en contrataciones y demás... Hacía falta, aseguraban en mítines y declaraciones, una regeneración, palabra que se ha puesto de moda y que ya veremos en qué queda. Y ponían el ejemplo de Andalucía. Allí los de Rivera pactaron con el PP, que perdió votos y escaños a chorro, porque el PSOE, que también recibió un serio varapalo, llevaba gobernando desde siempre y había que cambiar y airear la administración. Aquí, como hace más frío, se ve que no es necesario abrir las ventanas ni refrescar nada. Que sigan los mismos, aunque lleven subidos al machito desde la toma del Gurugú, o antes incluso.

La casualidad, o no, quiso que coincidieran el mismo día, y con pocas horas de diferencia, el anuncio del acuerdo definitivo Mañueco-Paco Igea y la elección de Paco Requejo como nuevo presidente de la Corporación Provincial zamorana. La investidura de este último me recordó un episodio histórico de principio de los 70. Se celebraron comicios en Argentina y ganó el peronista Héctor Cámpora. Perón estaba exiliado en Madrid y preparaba y su regreso a Buenos Aires. Los argentinos inventaron un eslogan que lo resumía todo: "Cámpora, al Gobierno; Perón, al poder". Y así fue. Pues en la Excelentísima Diputación ocurre ídem del lienzo. Requejo, a la Presidencia; Barrios (¿o era Maíllo, que me estoy liando?), al poder. Requejo tendrá que ir aprendiendo a jugar con el bastón como Charlot o los bailarines norteamericanos porque para otra cosa no le va a servir. También puede apuntarse a las Jornadas de Magia y sacar de la empuñadura pañuelos, palomas, caramelos, naipes, en fin, darle una utilidad. Ya me dirán cómo puede usarlo con el PP presidiendo todas las comisiones y organismos, con mayoría en el equipo de gobierno, con experiencia hasta en el juego sucio... Eso sí, Requejo se garantiza cuatro añitos sin grandes problemas políticos. Haga lo que haga, no habrá moción de censura. No se la va a poner a sí mismo. Y el PP tampoco estará por la labor. Manda y punto. Y si hay críticas, reclamaciones al maestro armero; o sea al presidente, que aquí, como los monarcas parlamentarios, reina pero no gobierna.

¿Y los del PSOE? Bien, gracias. Tienen por delante cuatro años para seguir pegándose entre ellos y para echarse las culpas unos a otros. La expulsión de Tomás del Bien no tiene ni un pase, pero responde a la tradición cainita del partido. Mejor que hablar e integrar, sacar las navajas y, hala, a hacer sangre. Broncas, expulsiones, escisiones. Y mientras discuten si son galgos o podencos, llega el PP y vuelve a dominar la Diputación con el mando a distancia. Y a regenerar, que son dos días.

-Y usted, don Lucífico, ¿ a qué atribuye lo de Zamora?

-El cambio climático, don Helifeo, el cambio climático.

-Y, además, con esta ola de calor siberiano...

-Sí, los cuerpos se defienden con el sudor, pero ¿y las cabezas, eh, y las cabezas? se ponen como se ponen y ya no hay quien las sujete.