Cuando se eligieron los concejales de cada pueblo, decíamos que la Diputación se jugaba en el play-off porque el PP perdió la mayoría absoluta. Y como en el lateral de izquierda unida se presuponía juego limpio y leal, la pelota estaba en el centro del campo de Ciudadanos que podía dar juego a derecha e izquierda.

Desde entonces, y a pocos días de jugar el partido definitivo el próximo viernes, la pelota sigue en el aire mientras algunos partidos políticos se están dedicando a rivalizar internamente entre los fichajes propios, para capitanear su equipo de diputados, y aún más para ser candidato a presidir el palco de la Diputación.

Al principio de la liga iba sucediendo lo previsible. El equipo ganador del Partido Popular -que ya había designado su candidato a presidente antes de haber sido elegido concejal por el pueblo en un alarde de democracia interna- puso en marcha la tecnología digital habitual, es decir, el dedo, en el proceso de fichajes por comarcas, de tal manera que la aparente batalla democrática no les estropeó la victoria del aparato, aunque dejó algunas víctimas colaterales.

Entre estas víctimas, cayó el que fue el único diputado provincial de Ciudadanos durante los últimos cuatro años, David Carrión, que aspiraba a seguir formando parte del equipo de diputados, esta vez por el PP, y que se ha quedado en el banquillo popular como concejal de su pueblo.

En su partido de antes, Ciudadanos, la posesión del balón en el centro del campo, les ha llevado a disputárselo entre dos candidatos que han acabado acusándose de juego sucio mutuamente. Y que han puesto en riesgo la segunda ruptura del partido -la primera fue por la elección del diputado nacional que consiguió serlo por Zamora- en poco menos de tres meses. Si los concejales han votado a Requejo, los dos cargos institucionales, procuradora en la región y diputado en España, han apoyado a Laudelina Santos. Todo por no saber si meter gol por la derecha o por la izquierda. Una jugada maestra ¿De quién?

Por eso hay que advertir que, como en el fútbol, también en la Historia hay jugadas interesantes. Igual que "Roma no paga traidores", el PP que siempre ha defendido los imperialismos, tampoco recompensa a los que actúan como Ditalco, Audax y Minuro. Lo ha demostrado con el exdiputado de Ciudadanos y podría volver a hacerlo con el nuevo ¡No en vano la Diputación está en la Plaza de Viriato, presidida por la estatua del héroe lusitano y pastor sayagués!

Y hablando de traiciones históricas, también recordábamos hace unos días la más contemporánea de Antorrena la única vez en la historia de la Diputación en la que el PP podría haber perdido su gobierno. Lo ha recordado también el diputado de Ciudadanos acusando al PP de injerencias y de mafias en su partido.

Pero si el voto del diputado socialista por Toro, Antorrena, se mantuvo secreto hasta el golazo en el último minuto que impidió el recambio en la Diputación, esta vez ha sido el entrenador Fagúndez con su equipo técnico y directivo del PSOE quien ha metido un gol en propia puerta antes de empezar el partido, dando puerta al diputado Tomás del Bien, también de Toro. De momento Antidio ya es el "pichichi" de la liga diputacional.

Habría que remontarse también a la Historia de Roma, a las palabras del emperador Julio César, para definir esta jugada: "Tu quoque, Brute, fili mihi". (Bruto era el nombre del senador más querido de Julio César que también le clavó su puñal para asesinarlo).

¡Hay que ser brutos para asesinar al posible presidente de la Diputación antes de ser elegido!

Por lo que respecta a los diputados de Izquierda Unida, aunque nos puedan decir que no creemos en las diputaciones, no nos vamos a lavar las manos como Pilatos, gobernador del Imperio. Queremos un cambio hacia la igualdad, la transparencia, la democracia y la izquierda. Y vamos a intentarlo, pese a que lo que sucede en Zamora nos ratifica en que las diputaciones son una institución en la que se dirimen los puestos y no los programas, y se disputa el poder de los partidos en lugar del poder de la ciudadanía.

El problema en el play-off de la Diputación es que no se habla del juego sino de los fichajes; que no se habla de política sino de puestos. Pero no vamos a estar fuera de juego, aunque sea difícil marcar un gol por la escuadra izquierda.

Porque Zamora se merece un pacto de las "flores" -como llaman al de Canarias- para que no huela mal, en lugar de un pacto más de "chorizos" como el de Antorrena.

O si nos remontamos a la Historia del Imperio, los zamoranos no se merecen una política de "pan y circo"; o sea, de poco pan y peor fútbol, en la Diputación.