"El sufrimiento siempre es el resultado de una misma ecuación: la realidad chocando contra nuestras expectativas". Jenny Moix

Leía, hace unas semanas, una máxima budista que, dice así: "Sólo podemos perder aquello a lo que nos aferramos".

Las ataduras en general, tienen un origen mental que hace que las circunstancias y acontecimientos nos puedan y nos generan un estado, a veces, permanente de sufrimiento, unido al dolor, que originan un estado de apatía y a veces nos hacen perder el norte en nuestra vida, e impiden el avance de la persona destruyendo su libertad.

Cuando tenemos un día gris, y un amigo nos envía un mensaje, dándonos los buenos días, ello nos alegra la mañana.

Ahora cuando estoy escribiendo este artículo, recibo un mensaje que dice textualmente: Ser feliz es gratis, aprovecha la oferta. ¡Buenos días! Acto seguido, se lo he enviado, a varios amigos, con la finalidad de desearles, un feliz día.

Las ataduras, como bien sabemos, pueden ser de tipo psicológico, espiritual, afectivo, personal, etc... o bien, de tipo material.

Hay algo, que a mi juicio, conviene tener presente y es que en los vínculos o uniones del tipo que sea, el mantener el principio de igualdad es fundamental para que se mantenga en pie.

En relación con las ataduras de tipo material, hemos de ser muy cautelosos y no tratar de conseguir la felicidad en lugares o cosas equivocadas.

Cada lector tendrá que hacer un análisis personal y examinar qué pretende y qué esfuerzo realiza para llegar a la conclusión, si le merece o no la pena realizar ese esfuerzo.

En un mundo excesivamente materializado, donde el tener por tener, forma parte del "éxito" personal, así el gran coche, el casoplón, tan de moda en nuestro días, los grandes y costosos viajes, si es al extranjero mejor, si España se les queda pequeña, pueden imaginarse nuestra querida provincia de Zamora... aunque no hayan visitado su Catedral e iglesias; las celebraciones de los acontecimientos familiares, en "casas de comidas" de una docena de tenedores, etc... son en muchos casos, por no decir en todos, ataduras materiales que generalmente se pagan muy caro, con préstamos a alto interés.

No olvidemos, como decimos, por nuestra tierra, "lo que no suma resta".

Por estos pagos, tenemos un refrán muy gráfico: "Al que de ajeno se viste, en la calle le desnudan". A buen entendedor pocas palabras bastan. Estoy planamente convencido que mis queridos lectores comprenden perfectamente cuanto se recoge en estas líneas.

Nuestra literatura, a Dios gracias, está llena de buenos refranes, baste leer El Quijote, y recordarán los diálogos mantenidos entre D. Quijote y Sancho Panza: "Paréceme Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas".

En esos tiempos donde las apariencias, el postureo y el aparentar, para algunas personas supone ya una atadura de la que no pueden prescindir, lo que les produce, depresiones, desilusiones, desequilibrios mentales y mil y un problemas de salud...

Seamos sensatos, desechemos las ataduras de todo tipo, por los perjuicios que a la larga, nos va a originar.

Seamos nosotros mismos y, no aparentemos lo que nos somos, porque tal vez, perdamos lo poco o mucho que tenemos, pues, la pobreza no viene por la disminución de la riqueza sino por la multiplicación de las necesidades.

Recuerdo la frase del escritor, José Luis Sampedro: "Nos educan para ser productores y consumidores, no para ser hombres libres".

Por nuestra tierra zamorana decimos: No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.

No quisiera terminar, estas líneas, que como han podido apreciar tienen como finalidad la reflexión sobre un tema de actualidad sobre las múltiples ataduras que existen y tenemos en el momento actual, tanto de tipo personal, como material, sin citar la frase de Waldo Emerson: "El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se tiene".

Que el deseo de tener no nos dañe nuestra salud, pues, lo importante, amén de disfrutar las cosas que tenemos, para compartirlas con los buenos amigos, que siempre estarán ahí.

Mis queridos lectores podrán apreciar la importancia que tiene para mí la amistad fuente de felicidad.