¿Qué tienen las Pymes para que permanentemente estén en el ojo del huracán, entendiendo por tal la Agencia Tributaria? Todas las pequeñas y medianas empresas están recibiendo cartas de la Agencia Tributaria en las que se les insta a declarar correctamente sus ingresos. Tras este paso previo y al considerar informado a los pequeños y medianos empresarios, las empresas investigadas comenzaran a recibir la visita de los agentes tributarios para hacer las verificaciones pertinentes. Se anuncia que será un "ejército" de más de 4.800 agentes que tienen como objetivo primordial comprobar si los datos del Impuesto de Sociedades que sobre ellos disponen difieren de la media de ingresos del sector en el que trabajan.

De estas cuestiones entiendo muy poco o casi nada. Sí sé que no se puede cortar por el mismo patrón a todas las Pymes. Que unas funcionan bien, otras mejor, otras mal y otras peor. Algunas, incluso no funcionan. Sus dueños están ahí, esperando el santo advenimiento de la jubilación, porque les queda muy poco y necesitan asegurar la exigua pensión que percibirán ese día de mañana que tienen relativamente cerca. La Agencia está en su derecho de mirar con lupa a todos para que nadie se escape. Y no lo hace mal. En este caso vigilan los importes acumulados de las entradas en sus cuentas bancarias, los cobros realizados con la tarjeta, además de analizar las posibles inconsistencias fiscales de sus declaraciones. Vamos, que los tienen pillados se mire por donde se mire.

Siempre pagan los mismos. Siempre son vigilados los mismos. Siempre son aguaitados los mismos. No seré yo quien le diga a la Agencia qué debe hacer, pero si se me ocurre que podría repartir la vigilancia que ejerce sobre ciertos colectivos que cobran por sus trabajos lo que no está en los escritos y que, o hacen las cosas muy bien y pagan religiosamente lo que les corresponde o hacen ingeniería financiera de primer orden y por eso nunca están en el ojo del huracán tributario. Hablo de los que no tienen nómina. Se me ocurre señalar con el índice acusador a infinidad de profesiones, pero tampoco es eso. Yo sólo sé que factura y minutas son de escándalo, eso cuando hay facturas y minutas, y ahí nunca pasa nada.

Los de la nómina están pillados siempre. Luego están todos esos que pululan por los platós de las televisiones patrias poniendo a parir a todo lo que se menea, gente que cobra una pasta gansa por exhibirse o por sacar la lengua a pasear contando las intimidades propias y las ajenas y que me gustaría saber si están bien fiscalizados. Sólo hay que ver el tren de vida que llevan algunos para saber que la pasta fluye en sus cuentas corrientes como el agua de un manantial.

Entiendo que los funcionarios persigan las bolsas de economía sumergida, estimo que lo tienen bastante bien controlado, pero que no sólo las busquen en las Pymes. Está la pequeña empresa en Zamora como para muchas fiscalizaciones. Está el comercio en Zamora como para que le busquen las vueltas. Por cierto, nos estamos quedando sin comercio propio a favor de las franquicias. Eso no es bueno para la vida comercial de Zamora. Mucho batiburrillo y poca calidad. El comercio de Zamora siempre se distinguió por su relación calidad-precio. Ha sido siempre la envidia de propios y extraños. Hoy, la mayoría ha desaparecido, otros languidecen, unos pocos permanecen gracias al empeño de los herederos, otros poquitos luchan por estar, por permanecer y sobre todos ellos pesa la sombra de ese cerco al comercio que ha iniciado la Agencia Tributaria.