De todos es conocido que si algo caracteriza a Sayago por su tipismo y originalidad son las paredes de sus cortinas, prados y huertos, así como de las antiguas casas sayaguesas, cuadras y corrales, guardaviñas, pajares, chiviteros, chozos de pastor, molinos de rivera, etc. Construcciones todos ellas edificadas con pared seca o piedra seca. Una técnica constructiva tradicional y popular que se hace a partir de piedras encajadas sin el uso de ningún tipo de argamasa para unirlas. De ahí su nombre.

Sus características constructivas básicamente caracterizadas por el vínculo con una economía autosuficiente, con un terreno rocoso, con el uso de materiales del entorno inmediato y contando con una tecnología elemental lograda a nivel popular y transmitida, de unas generaciones a otras, a través de la experiencia, hacen que este tipo de construcción se encuentre en abundancia también en las restantes comarcas de nuestra provincia e incluso en toda nuestra comunidad autónoma.

Precisamente la simplicidad y fragilidad características de las mismas han hecho que con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento se hayan visto afectadas por el deterioro o el derrumbe en muchos casos. En Sayago, felizmente, aún conservamos una extensa muestra, merced al buen cuidado de nuestros ancestros, espoleados por la precariedad de sus recursos y por su apego y veneración por lo tradicional. Por todo ello, hoy nuestras paredes y las rústicas construcciones enumeradas se han convertido en auténticos monumentos de indiscutible valor histórico, artístico y etnográfico. Algo que debemos proteger y conservar del modo que exige su valía, para que las futuras generaciones lo puedan heredar intacto para seguir conservándolo.

Necesitamos para ello recursos económicos que, dada su magnitud, solo son posibles contando con las ayudas públicas pertinentes. Y, a eso voy. Los sayagueses nos ponemos desde ya a la puerta de la Junta de Castilla y León, la nueva, para ser los primeros en la cola de peticionarios. Haber si esta, la nueva, se digna hacer algo por nosotros, porque la vieja... Les cuento.

Me imagino que saben que ni Sayago, ni Zamora, ni Castilla y León figuran en la Declaración de la Unesco de la piedra seca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de fecha 29 de noviembre de 2018.

En la prensa de aquellos días, pude ver que se mencionaba en el decreto a las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Asturias, Islas Baleares, Cataluña, Extremadura, Galicia y Valencia, como los lugares más relevantes y representativas de este arte. ¡Enorme sorpresa! ¿Cómo podía ser posible? No estaba Castilla y León ¡Colosal indignación! Maldije de la ignorancia de la Unesco que, llamándose Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, mostraba una incultura supina ignorándonos.

Me fui a la web de la Unesco para ponerme en contacto con ellos y manifestar mi indignada protesta por escrito. Menos mal que antes, tuve la precaución de leer el texto original del Decreto en el que se señalaba que la declaración se efectuaba "de acuerdo con las candidaturas presentadas por" las comunidades autónomas señaladas.

Es decir, que la Junta de Castilla y León ¡no se había enterado¡, por estar en babia, de la convocatoria de la Unesco para este fin y, por consiguiente, ni había gestionado la solicitud, ni había contactado con el representante español en el Comité Intergubernamental... ¡Ni tus, ni mus! (¿Sería por falta de asesores en nómina?). Pero la Diputación de Zamora tampoco... Ni Aderisa... Ni ningún ayuntamiento de la comarca... ¡Nadie al loro!

Así se escribe la historia. Pero resulta que es la propia Unesco, la que financia multitud de proyectos culturales, al igual que la Unión Europea, algunas Universidades norteamericanas, etc. En caso de optar a estas ayudas, ¿creéis que van a recibir el mismo trato las que figuran en el Decreto que las que no, como es nuestro caso? Negativo.

Así pues, nos ponemos a la cola para alertar a los nuevos gobernantes, pidiéndoles que por lo menos no se duerman en los laureles.