Es de sobra conocida la vinculación de la actriz Anabel Alonso con Manuela Carmena, alcaldesa en funciones de Madrid. Para no albergar duda alguna, basta con recordar que la artista se ha volcado en la última campaña electoral de la candidata de "Más Madrid". La pasión de Alonso por Carmena es pública y notoria, como es pública y notoria la tendencia izquierdista de buena parte de la farándula patria. Pero eso no es óbice para para tener cabeza, para tener memoria, para no meter la pata, para ser objetivo y ponderado, para no dejarse llevar por el arrebato ideológico, olvidando el verdadero funcionamiento de la democracia.

Tras el resultado electoral que puede hacer perder la Alcaldía a Manuela Carmena, la conocida actriz cómica ha salido en su defensa denunciando que no gobierne a pesar de haber tenido más votos que el resto de opciones políticas. A través de Twitter, Alonso ha dejado escrito "para la posteridad": "Ha sido la lista más votada, pero los demás están dispuestos a pactar con el diablo con tal de echarla". Señora mía, para ser artista hay que ver la memoria más flaquita o puede que más interesada que usted tiene. Hay que tener memoria no sólo para sacar adelante los guiones, también para recordar, lo que se llama memoria histórica que no tiene por qué remontarse, única y exclusivamente, a siglos atrás.

A la Alonso, que le falla la memoria para lo que quiere, hay que refrescársela recordándole los resultados de hace cuatro años en los que la candidata del PP, Esperanza Aguirre, fue la más votada y mire en lo que devino la cosa, ésta se juntó con aquellos, aquellos apoyaron a ésta, entendiendo por tal a Carmena, y la más votada se quedó en la oposición. ¿No será, que con la salida de Carmena, Anabel Alonso puede perder alguna prebenda en forma de subvención? Creo que los tiros van por ahí, porque de otra forma no se explica su falta de memoria, su descuido democrático. A día de hoy, todos, a izquierda y derecha, están dispuestos a pactar con el diablo, por conservar o ganar una autonomía, un ayuntamiento, una diputación. Hay pactos que se entienden mejor que otros. No se entiende que la izquierda quiera gobernar a toda costa pactando con etarras e independentistas, como no se entiende que la derecha apoye a la izquierda. Eso es así.

Anabel Alonso ha recibido "zascas" por arriba, por abajo y por el centro. No sé a santo de qué se rasga las vestiduras cuando el hecho de que la lista más votada no gobierne ya no es nada nuevo. En Badalona, por ejemplo, a Xavier García Albiol le faltan unos poquitos votos para la mayoría absoluta y no va a poder gobernar. Otros, están pactando con el diablo para quitársela. Y eso que en Badalona, García Albiol es querido y respetado por los ciudadanos. Es que eso es democracia y más desde la caída del bipartidismo. O sea, la señora Alonso ve bien que se pacte para echar a Rajoy, máxime conociendo la catadura de aquellos con los que el PSOE pactó, siendo la de Rajoy la lista más votada, sin embargo se deba conceder una bula política a Carmena.

Es difícil de entender, francamente. Lo de Alonso es algo personal. No tener a su amiga Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid puede ser una pérdida irreparable para su presente artístico. Su 'tuit' ha sido tan desafortunado que le han caído razonamientos y descalificaciones por un tubo. La artista debe ser consciente de que más votos, si no son suficientes, merced a los pactos, hoy por hoy, no significan nada. El diablo al que alude, está presente en buena parte de los muchos pactos que se están llevando a cabo en España.