Derribó a los poderosos de sus tronos y ensalzó a los humildes.

Visitación de Santa Isabel.

El pasado viernes, día 31 de mayo, se celebró la festividad de la Visitación de Santa María a su prima Santa Isabel, y el sacerdote en su breve homilía, hizo especial hincapié, sobre la humildad de María, en particular, y sobre la humildad, en general, en la vida diaria.

Recuerdo que hace un año, o tal vez, dos años circuló por whastsapp un mensaje, referente a la humildad, consistente en la conversación mantenida entre un padre y su hijo, en un paseo por el campo, sobre el ruido de una carreta a lo lejos, y el padre dijo a su hijo. "Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

Recuerdo que en aquel mensaje, que ahora he vuelto a visionar, se recogía: "La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas". Nadie está más vacio, que aquel que está lleno del "Yo mismo".

La humildad es una gran virtud que pone de manifiesto nuestra naturaleza humana en la más sencilla expresión.

Cuando eres humilde reconoces tus limitaciones, tus errores, tus equivocaciones y pides perdón. Lo opuesto a la humildad es la prepotencia; de ahí la célebre frase de "la prepotencia te hace fuerte por un día, la humildad para siempre".

Las personas que cultivan la virtud de la humildad suelen ser grandes de espíritu ,los prepotentes suelen ser soberbios e ignorantes, esta es la diferencia. No podemos confundir la humildad con la humillación, son cuestiones bien distintas.

En los tiempos actuales y especialmente n los sectores empresariales y económicos, máxime cuando la educación se está basando n éxitos profesionales. Estamos fomentando el EGO, a todos los niveles con ascensos profesionales y aunque los ascensos en si no son malos y pueden ser la compensación al esfuerzo y al sacrificio, es muy importante aceptarlos con dignidad y no hacer ostentación de los mismos y humillar a los propios compañeros, imponiéndose.

Leía, recientemente: "Ser humilde es tener la certeza de que uno solo no es quien logra las cosas."

Ser humilde es una virtud de las personas grandes.

Para ser grande primero tienes que aprender a ser pequeño. La humildad es la base de toda verdadera grandeza. Somos humildes cuando somos grandes de corazón y hacemos el bien a los demás.

Honestamente creo, que no es cuestión de escribir más en estas líneas sobre la humildad, sino hacer un examen personal y poner en práctica esta gran virtud, en nuestra vida diaria.

Cuando un árbol está cargado de fruta, sus ramas se doblan y tocan el suelo. Así, el verdadero sabio es aquel que es humilde. Cuando un árbol no tiene frutos, sus ramas son arrogantes y altivas. Así, el loco siempre se cree mejor que el prójimo.

Paulo Coelho