La triple cita electoral a la que estaban convocados los electores zamoranos este pasado domingo ha generado unos resultados que merecen un análisis reposado para entender de qué manera se comportan los electores cuando son convocados el mismo día a diferentes citas electorales

A escala provincial, el PSOE ha sido el ganador en las elecciones europeas, sacando casi cinco puntos de ventaja al Partido Popular, victoria que se repite también en las elecciones autonómicas, aunque en este caso con una victoria más ajustada, de algo menos de tres puntos. Sin embargo, cuando se analizan los datos en las elecciones locales, aquí la victoria ha sido para el Partido Popular con claridad, ya que con un 36,50% saca más de diez puntos a un Partido Socialista que sufre en las municipales por su mal resultado en la capital.

La ciudad de Zamora es uno de los escenarios más interesantes, desde el punto de vista politológico, de lo ocurrido estas elecciones. La aplastante victoria del alcalde, que concurría sin el apoyo de una marca electoral potente, demuestra que, cuando los vecinos consideran que un alcalde se ha institucionalizado, es más sencillo salir reelegido con independencia de la coyuntura nacional. La candidatura encabezada por Paco Guarido obtiene casi la mitad de los apoyos en la ciudad, -tal y como estimaba la encuesta que publicó este periódico, por cierto- y con un 48% dobla con holgura al Partido Popular y más que triplica los apoyos del PSOE. Que los resultados de deben al capital político del alcalde y no a las siglas se observa cuando se analizan los resultados en la ciudad en los otros dos comicios: Izquierda Unida obtiene un pírrico 6% en las elecciones autonómicas y la lista de Podemos en la que se integra para las elecciones europeas no llega a superar el 10% en la ciudad del romancero. El gran beneficiado en ambos casos de este voto dual es el PSOE, que es la fuerza más votada en las otras dos elecciones en la capital, pero tampoco hay que descartar que haya votantes del Partido Popular que también hayan escindido su voto entre las elecciones municipales (apoyando a Guarido) y las autonómicas y europeas: hay más de cinco puntos de diferencia en unas y otras que, a falta de un estudio postelectoral, podrían explicarse por este cambio de voto. Este escenario de voto dual, por cierto, lleva años dándose en la villa de la Puebla de Sanabria, donde la candidatura de José Fernández, alcalde socialista, obtiene de manera sistemática más votos que la candidatura socialista a la Comunidad Autónoma.

Los resultados obtenidos por el Partido Popular en la capital, con apenas un 20% de los votos, son los peores del partido desde las primeras elecciones democráticas de 1979, en los que la entonces Coalición Democrática liderada por Alianza Popular se quedó en tres concejales al obtener algo menos del 13% de los votos. Algo similar le ocurre al Partido Socialista, que obtiene el peor resultado que ha obtenido nunca en la ciudad en unas elecciones municipales desde la llegada de la democracia a nuestro país. En este caso, ocurre lo que podríamos denominar la "paradoja del aliado": para los votantes del PSOE hubiera sido inexplicable que su partido no hubiera hecho alcalde a Guarido para desbancar al PP en 2015, pero como fruto de aquella decisión, el alcalde se institucionaliza -el sistema municipal español tiene una clara tendencia presidencialista- y crece a costa del partido que lo apoyó, que acaba viéndose perjudicado por el apoyo prestado.

Un apunte final, a escala provincial. Se consolida la presencia de formaciones de tipo local, escindidas en general de alguno de los grandes partidos, como sucede con los casi cien ediles que obtiene Ahora Decide a lo largo de la provincia, o con el dominio de partidos como Sanabria Verde, que gobernará en Cobreros. Todo ello evidencia la dificultad de las grandes marcas electorales para capilarizar su presencia a lo largo del territorio, sobre todo en el medio rural. Es una lección que deberían de aprender los partidos emergentes: cuando uno sale del medio urbano, la marca suele pesar menos que la persona.

(*) Politólogo y Director de Asuntos Públicos de Atrevia