Pedagogo, crítico, poeta. Fue un "precursor", tanto en Pedagogía de Letras, como en Ciencias Teológicas.

Satírico fino, la gramática en vigor -en esta época- de "Podadera", la atacaba sin piedad. Él se refería, siempre al trabajar, la lengua Castellana, con alabanzas al gramático Samuel Gili i Gaya y dejaba caer: "cuando tenga tiempo escribiré una nueva Gramática". No conozco si lo hizo o dejó algún diseño de ella; sin embargo, puedo confirmar, que a sus alumnos, nos dió material intelectual para seguir su "Escuela". Las vivencias que transmito de la Pedagogía de D. Ignacio, es actualmente lo ordinario, pero en su momento, década de los 50, resultaba inusual.

Cuando dialogábamos con alumnos de otras Academias, que memorizaban los temas, hacían análisis sobre oraciones, de acuerdo con lo puntual que iban a realizar, veíamos el contraste con el estilo de D. Ignacio. Al comenzar el trabajo en su Academia, nos parecía un caos, por tal razón, la corriente de Opinión, en la Ciudad, era una persona incomprendida, que provocaba envidias o admiración, un superdotado. Su sistema de trabajo, estructuró nuestras mentes, como le dijo un profesor de Psicología a mi amiga y compañera Sagrario Gallego Rico. Es una gozada haber tenido la suerte de topar con tal magnifico pedagogo. Participar de su saber "hacer hacer", ha incidido en mi docencia, tanto en Primaria como en Secundaria "educar en libertad".

Hago unas breves reseñas sobre su práctica, no habitual, al preparar oposiciones.

En el análisis sintáctico-morfológico. Ante un texto literario, comenzaba con la situación espacio temporal del autor, para tener en cuenta el vocabulario, el estilo y su época correspondiente: Cervantes, Santa Teresa, Unamuno, Cela, Rafael Sánchez Ferlosio?.

Después de situar en el espacio y en el tiempo al autor del texto, comenzaba el análisis sintáctico con la observación de verbos, sobre los cuales pasábamos a situar el enumerábamos las oraciones en 1ª, 2ª, 3ª, 4ª 5ª?hasta terminar el párrafo. La morfología de los verbos, nos llevaba a detectar la oración principal sobre la cual, se consideraba oración única, pues las demás formaban parte de sus elementos (cada oración era un? Complemento u objeto directo, indirecto? etc), posteriormente, se hacía el análisis de las complementarias y seguidamente, se procedía el análisis morfológico de monosílabos de dificultad equívoca.

También tocaba el tema, de psicología del lenguaje, origen y evolución de las palabras a través de los tiempos, porque la lengua es viva, con sus giros lingüísticos, refranes, metáforas? Este estilo que nos parecía un Caos, al principio, nos resultaba, posteriormente, interesante por las sorpresas que conllevaba cada día.

Al pasar los años, dentro de mi Profesión, he seguido su estilo, por la amplitud de miras de D. Ignacio ante una época, pasada o presente y con divertimento el lenguaje actual: en el Aula, recreo o el de la calle. D. Ignacio rompe con la enseñanza memorística tradicional; No pregunta la lección. No interesa tener todos los libros de la misma Editorial en el Aula. El libro de texto, es orientativo y no hay que dar los temas seguidos; al contrario, de acuerdo con las necesidades del niño.

Su enseñanza es por objetivos, por tanto las actividades, están condicionadas a ellos.

Aprendí con D. Ignacio a utilizar los Objetivos, siendo reiterativa, con formas distintas de actividades, con creatividad, hasta que los asimilaban. Los famosos deberes de los niños serían actividades mínimas, ya realizadas en clase, como refuerzo, para no implicar a los padres, -los mismos perros con distintos collares- .

Siguiendo a D. Ignacio, en las clases cada niño/a, ha de llevar su nivel, de acuerdo a su capacidad, por tanto, es un error y una injusticia, caer en "el igualitarismo". Hay que desarrollar las cualidades, propias de cada persona.

Qué decir de la Historia u otras materias... En su Academia, se investiga; el trabajo de equipo es de intercambio de trabajos personales, allí todo el mundo "curra".

Es un precursor del Plan Bolonia. Rompedor del método memorístico, de temas prefabricados para oposiciones o clases de Aula aburridas. Jamás nos preguntaba la lección; pero siempre respondía a nuestra solicitud.

Mantenía un excelente-equilibrio entre la investigación y memorización. A las personas que éramos tímidas, nos sugería practicar ante un micrófono para temas orales.

Para investigar, en los primeros momentos, nos orientaba. Recuerdo dos temas, que por su amplitud no sabíamos como cogerlos "La Reconquista en España y el Renacimiento Español". Nos lo dio hecho.

Ante temas puntuales, como la estructura de la Iglesia, me sugirió fuese a la Biblioteca Pública de Zamora y preparase el trabajo sobre el Concilio Vaticano I.

Con el material acumulado investigado, había que tener un orden mental para presentar el trabajo: situar al autor en el espacio y en el tiempo, desarrollo del tema, crítica o estudio comparativo si procedía y al final cuadro sinóptico, que nos servía, para desarrollar el punto que deseáramos, ante la falta de tiempo en un examen oral o escrito.

Gran teólogo. Hablaba con autoridad, cuando todo se memorizaba y no se explicaban los temas profundos. Él utilizaba unos términos antropológicos no conocidos, estábamos anclados en el pasado, sobre todo en el famoso tema del Pecado Original. Nos dió a conocer cómo estaba expresado en un lenguaje simbólico, propio de una época histórica, que comunicaba mensajes a través de metáforas, alegorías, (Juan Pablo II lo llamaba mito), sobre el "Proto Evangelio" en el Génesis, primer libro de la Biblia, expresando la idea de la relación entre Dios y el hombre, mientras que la Iliada, trata sobre la guerra de Troya y la Odisea, poema épico, que encierra leyendas?Más o menos de esa época, utilizan los mitos, para expresar su contenido.

Afirmaba, el gran Teólogo, que el primer libro del Génesis, no hay que interpretarlo al pie de la letra. La verdadera historia, él la consideraba desde Abrahán-, actualmente, hay quien lo considera desde Moisés. Como satírico. Qué crítica tan fina hacía, sobre ciertos eclesiásticos -no todos- que descuidaban su ministerio e introducían falsas teologías. Los llamaba teologuillos. A gritos afirmaba. "Tendrá que venir un Concilio Vaticano II, para completar el Concilio Vaticano I. Si en este se reafirmó la autoridad Pontificia, en el próximo, se completará la Pastoral. Era "voz pópuli" ente los teólogos.

Con qué énfasis, nos hacía distinguir entre la iglesia-formada por todos los bautizados- y si ella era Santa, porque su fundador era Santo, tanto los clérigos como los laicos, no lo éramos.

Cuando el Papa Juan XXIII, lanza que habrá un Concilio Vaticano II, en junio de 1959, el anuncio oficial se hizo en 1961, y su momento de apertura fue el 11 de octubre de 1962.

No es de extrañar que persona tan preparada en temas filosófico-teológicos en 1961, escribiese, unos artículos periodísticos, en EL CORREO DE ZAMORA, sobre los determinismos.

Por qué esta reacción... porque conocía, el ambiente teológico, de esta época y la incidencia, en ciertos sectores de las nuevas filosofías, basadas en las ancestrales de: Demócrito, Platón, Aristóteles y los grandes sistemas Helenísticos.

En dichos artículos, que comenzó 27-01-61 y terminó, sobre el 12-03-61, hace un estudio profundo y comparativo de ellas y demuestra, no existe la libertad. ¿Como poeta? Temas variadísimos. Entre los alumnos comentábamos: hemos visto a Ignacio con Amparito, seguro escribe sobre el amor. Yo le vi en la Feria del ajo? ¿participará en el Concurso? Y en los próximos Juegos Florales? Seguro que participará y ganará. Este gran profesor, que te miraba por encima de sus gafas, serio y profundo se convertía, en la persona, afable y divertida, ante sus poesías jocosas.