Aunque se atribuye con frecuencia a Albert Einstein, parece que no fue suya la frase "Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes", aunque el hecho de esa no autoría famosa no le resta certeza al pensamiento. Algo así ocurre con la situación socioeconómica de Zamora. No única, hay otras ciudades y provincias aquejadas de nuestros mismos o similares males, pero Zamora es la que nos ocupa y preocupa y además se encuentra a la cabeza de una lista negativa que va desplazándose hacia abajo a velocidad cada vez más acelerada.

Ante los datos demográficos, de envejecimiento, de falta de nacimientos, de emigración que no se frena ni retorna, de "exterminio" demográfico de nuestros jóvenes más preparados y ante los datos económicos de desaparición de empresas, caída de población activa, producción industrial escasa y renta muy por debajo de la regional, nacional y europea, locura sería seguir haciendo lo mismo que hemos hecho en la última década, periodo en el que precisamente más se han acentuado los parámetros negativos. Locura sería hacer lo mismo que vienen haciendo las demás ciudades y provincias en condiciones cercanas a las nuestras o hacer solo lo que ellas hacen.

Como seguramente ya conoces, amigo lector, unos cuantos hombres y mujeres de Zamora, de muy diversos ámbitos personales, sociales y profesionales han puesto su confianza en mi persona para ayudar configurar un equipo y un proyecto que trate de hacer en los próximos años cosas distintas con las que romper la dinámica fatal a la que parecemos abocados. Asumo el reto en compañía de los demás y en la de todos aquellos zamoranos, los que viven en Zamora y los que están fuera, de aportar nuestro esfuerzo y de ayudar a canalizar todos los demás esfuerzos.

De eso se trata, de buscar soluciones que no serán fáciles, a partir de los recursos esenciales de Zamora, su cultura, su patrimonio, su medio natural, su calidad de vida, la fuerza de sus gentes, sus emprendedores, sus empresarios consolidados, sus trabajadores. De la especial idiosincrasia de unas gentes a las que pareciera que nos cuesta mucho más sacar adelante nuestra tierra que tener desarrollos profesionales de éxito más allá de nuestro territorio.

En un mundo definitivamente globalizado, los riesgos se presentan amenazantes para los territorios no favorecidos por el destino y las decisiones políticas de ámbito superior a lo largo de muchas décadas, pero, en un mundo también definitivamente más abierto, flexible y dinámico, cada amenaza puede ser convertida en una oportunidad si somos capaces de ser transformadores, innovadores, atrevidos y competitivos. De creer en nosotros mismos y hacer valer nuestra fuerza, nuestra razón y nuestro derecho.

Es momento para el diálogo constructivo de todas las fuerzas políticas y sociales. También para soltar cadenas que nos coartan frente a otras instancias. Con todo el respeto lo presento en esta columan. Es momento para el compromiso. Seguro que el de todos y desde luego el nuestro es por Zamora y los zamoranos de hoy y de mañana.

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