Lo vengo haciendo reiteradamente, siempre que se produce el maltrato de ancianos en residencias y vengo advirtiendo, sin temor a equivocarme, que alguna que otra residencia de ancianos de Zamora, no está muy lejos de parecerse a esas viviendas del horror en el que acaban tantos ancianos, padres y madres que no merecen ese final. Siento una vergüenza enorme al ver la noticia de portada de LA OPINION, el pasado miércoles, convertida en carne de crítica en programas como el de Ana Rosa Quintana, donde se ha dado buena cuenta de los hechos.

Lo ocurrido en la residencia de Montamarta que revelan las grabaciones efectuadas por un familiar y algunas trabajadoras del centro, pone también de manifiesto lo que vengo denunciando reiteradamente, que los Servicios Sociales de Zamora no hacen nada. Están puestos ahí no para cumplir unos objetivos, desde luego. Porque si hicieran bien su trabajo no dejaban pasar ni una. No corresponde a la prensa, ni a los hijos de los afectados, denunciar. Tienen que ser los servicios sociales, en permanente alerta, los que detecten las anomalías que no afectan al mobiliario, afectan directamente a personas, a seres humanos totalmente vulnerables que no pueden defenderse.

Pido por favor a la Fiscalía dureza extrema con estos comportamientos. Es que hoy es el padre o la madre de uno de los denunciantes, pero mañana puede ser el padre o la madre del Fiscal, del juez o de cualquiera de nosotros. Y porque si todos somos jubilados en potencia, a lo mejor, quién sabe, algún día tenemos que convertirnos en inquilinos de una residencia y acabar como las ancianas de la residencia de Madrid o como estas de Montamarta. No sabemos si estamos ante un caso aislado o tras la cortina se esconde más crueldad.

Ningún político a izquierda y derecha ha hecho siquiera un amago de interés por nuestros ancianos. Anden ellos calientes y ríase la gente. Y eso que en las candidaturas van muchas mujeres que por lo que se ve tienen escasa o nula sensibilidad al respecto. Menos partido y más sociedad. Más empatía con quienes conforman la mayoría del censo en Zamora. Esta tierra está regada con el sudor de nuestros mayores. Se merecen nuestra atención permanente y preferente y el cuidado que las distintas administraciones no les dedican. Y ya está bien. El día en que se rebelen les van a poner las cosas muy difíciles a esta gente que se hace tan amable en periodo electoral pero que, luego, si te he visto no me acuerdo.

Quiero políticos más vigilantes con las cosas del día a día de los ciudadanos. Menos palabra y más obra. No podemos consentir que estas situaciones se repitan, que nuestros mayores sean carne de maltrato, de tratos vejatorios, de insultos. La falta de respeto de las auxiliares implicadas deja mucho que desear. Además de amenazas constantes, las palabras que más dedican a las ancianas son "cojones y joder". Y al parecer, la directora del centro, investigada, niega todo y no ha querido saber nada del asunto. Esta señora, como toda directora que se precie, tiene que estar al corriente de todo y saberlo todo. Y al edil de Asuntos Sociales que le pidan responsabilidades, ¡ya!

Cuando se denuncia una situación como la de la Residencia de Montamarta hay que investigar, hay que tomar cartas en el asunto, hay que impedir que personas no cualificadas para la atención de los ancianos, trabajen en estos centros. Se me revuelve el estómago. Alguien tiene que asumir la responsabilidad de unos hechos deleznables.