?"Buen yantar", por ejemplo; y es bueno y positivo que las gentes se reúnan periódicamente para tomar "un cocido zamorano" y que, además de degustar los productos típicos de la tierra, de fomentar la gastronomía "patria"; el tiempo empleado, tan escaso, tan valioso; pues como dice la ciencia económica siempre existen "costes alternativos", "costes de oportunidad" a cualesquiera actividades que emprendamos; se puede, y debe, utilizar sanamente, con humor, con inteligencia, con humildad, intercambiando experiencias y conocimientos de las diversas experiencias profesionales de los "cofrades"; y con espíritu liberal, es decir, por supuesto admitiendo a las "damas", a los que otros miembros avalen sin más; y sin necesidad de "aprobar" no se sabe qué, pues de esta ralea existe alguno, "so creídos"?. pues esta actitud demuestra cortedad de miras, soberbia, ignorancia, estrechez de pensamiento, etc., etc., etc., justamente lo que no debe tener nadie, para convivir mejor, y ser ejemplo, al resto de la ciudadanía, de lo que significa ser un auténtico "caballero", que implica "no mirarse al ombligo", tener un "espíritu abierto", enriquecerse con "nuevos puntos de vista" sobre cualesquiera cuestiones y temas de que debe estar "ilustrada" la ciudadanía; obteniendo nuevas perspectivas sobre todo ello; para lo que se precisa la "investidura" de "savia nueva"; pero sin "examen y aprobado", no sean ridículos.

El contraste de pareceres, tan necesario para tener una visión lo más completa posible de un determinado tema o asunto, surge cuando el grupo de personas tiene distintas características profesionales, generacionales, de pensamiento, vitales, etc., lo que enriquece los saberes de todos, enseña y posibilita el dialogo entre personas educadas y civilizadas, a prestar atención al otro, escucharle, conocerle más y mejor, estrechar relaciones, hacer amistades, comprenderle mejor, evaluarle con conocimiento de causa, respetarle, etc.

El respeto que debe presidir cualquier tipo de relaciones humanas es, pues, "conditio sine qua non", para que cualquier grupo humano pueda funcionar con un mínimo de eficacia, sensatez y cordura, todo ello muy escaso, por cierto.

Y es que el "examen" y, repito, el "aprobar", de los ya "titulares", como de los que aspiran a serlo, es recíproco; pues pudiera suceder que el "solicitante" desistiera de su empeño al conocer la "tropa" con la que, en un principio, deseaba incorporarse, por "no aprobarla".

Modestia, señores, apertura de miras, contar con personas que aporten nuevas ideas realizables, con espíritu de superación, de servicio, de innovación, de mentes abiertas y, más etc., etc., etc.

Y sí, un buen cocido siempre viene bien, con buena gente, generosa, abierta a los nuevos tiempos y sus retos, sin estrechez de miras, sin mirar a nadie por encima del hombro, sin demostrar mezquindad y sí "hermandad, unión, compañía para un fin determinado".

Y "aprobar" siempre a los demás, cuando aportan lo que puedan, los que "añaden valor" a una conversación, por la utilidad motivada de lo que dicen y puede ser de utilidad a los otros contertulios y a la sociedad en general, que es "generoso" , " que se comporta o actúa de una manera alejada de modelos estrictos o rigurosos" que es "comprensivo, respetuoso y tolerante con las ideas y los modos de vida distintos de los propios, y con sus partidarios"; si no tendremos una ciudad y una provincia "chata", "casposa", "anquilosada", "rutinaria", "cotilla", "maldicente", "ingrata", "desconsiderada", etc., justo lo contrario de lo que necesita para que la ciudadanía toda se preocupe de mejorar su formación profesional, de superarse día a día en los negocios y en el trato a la clientela, en todo tipo de relaciones humanas como son las familiares, de compañerismo, de amistad, de ciudadanía, etc., de pensar solo en lo que contribuya a su desarrollo económico y social, potenciando a los emprendedores; con lo que se evitará la despoblación, el desempleo, etc.