Corren malos tiempos para la sanidad pública. Algunos de nuestros políticos tratan poco a poco de desmantelarla: listas de espera infinitas, falta de facultativos y un largo etc. de problemas. Pero yo quiero aportar mi granito de arena para ponerla en valor dando las gracias a todos los profesionales del Sacyl por su buen hacer, sobre todo aquellos que en algún momento formaron parte del proceso de curación de mi cáncer de mama.
Gracias enormes a la profesional que en vez de tirar mi carta de citación devuelta por Correos me llamó por teléfono para cerciorarse de que acudiría a realizarme la mamografía. Te debo la vida, porque tenía un tumor grande y agresivo. Pero tu gesto supuso el inicio de mi curación.
Al doctor Revilla, mil gracias. De darme la peor de las noticias pasaste a ser uno de mis salvadores. Estoy súper agradecida por el gran trabajo, y el cariño y cuidado con el que me trataste.
A mi oncóloga Erika Turrez y a Mar, que me tranquilizaron, se preocuparon mucho por mí y se fueron alegrando conmigo de los buenos resultados. Gracias a todo@s los doctores y enfermer@s que me realizaron las distintas pruebas y que siempre me explicaron y animaron.
Todas las enfermeras y auxiliares de quimioterapia son grandes profesionales. Gracias por la empatía, las conversaciones, las risas? A Teresa, que me puso la PICC, y aunque sé que es su trabajo, para mí fue un auténtico regalo.
En el camino a la curación, una caída me llevó a manos de la traumatóloga Camino Román. Gracias a tu empeño y preocupación puedo decir que estoy bien. El doctor Sánchez, de Rehabilitación, no pudo actuar con más tacto y cariño. Gracias enormes a todos los profesionales que trabajan en el Servicio de Rehabilitación. A pesar del dolor fue muy agradable compartir tantas horas con vosotros. A Olga, mi ángel, por su dulzura y manos milagrosas.
Hacia mi otra oncóloga, Mar Bustos, solo puedo tener palabras de agradecimiento. Gracias por preocuparte por mí incluso antes de conocerme. Tu sonrisa y tus palabras me levantan el ánimo nada más entrar en la consulta. A mis chic@s de Radioterapia. Muchas gracias por vuestro cariño y paciencia. También a los enfermer@s, en especial a Amador, que me trató de una forma extraordinaria.
También quiero reconocer a Yolanda y a María, mi médico y enfermera, por cuidarme y acompañarme en este proceso. A Inés y Aurora, por vuestros consejos y ánimo cada vez que iba a la farmacia en Moraleja del Vino.
No quiero olvidarme del personal de quirófano. Por mucho miedo que lleves, te tratan con tanto mimo y cuidado que se te pasa rápido; ni de Reanimación, que me ayudaron al despertar y estuvieron pendientes de mí.
En este proceso me tocó acudir a Urgencias alguna vez y en todo momento la profesionalidad fue de diez. Comprensivos y pacientes conmigo, se preocuparon y ayudaron al máximo.
A la Asociación Española Contra el Cáncer, gracias por su labor de acompañamiento, en especial a las psicólogas, por sus consejos, y por hacerme ver que cuerpo y mente van de la mano, y que la actitud que tomemos ante adversidades nos ayuda más de lo que pensamos.
Por último, y no menos importante, quiero dar las gracias a mi familia, en especial a mi hija y mi marido, que me curó las cicatrices del cuerpo y del alma. A mis amig@s, por quererme y cuidarme, alguna incluso por quererse cambiar por mí; a Piedad, por permitir que Jose me acompañara siempre; a Maite, por estar desde el minuto uno, tanto en el hospital como fuera; y a ti, Bego?
Quiero dar un abrazo enorme a todas las mujeres maravillosas que he conocido en este tiempo, y un recuerdo para l@s que no lo consiguieron.
Gracias enormes a todos los profesionales con los que me he cruzado. Me he sentido segura en vuestras manos y deseo que puedan decir lo mismo todas las personas que por algún motivo tengan que acudir a la sanidad pública. Yo sé bien que el equipo humano está; falta que pongan a su disposición todos los medios y recursos posibles para que esto siga siendo así.
Ojalá que nuestra maravillosa y envidiada sanidad siga siendo pública y puntera.
Gracias infinitas a tod@s.
