A finales del pasado año supimos por los medios de comunicación que desaparecía el conocido Festival Internacional de Música "Pórtico de Zamora", nacido en el año 2003 con la finalidad de promover las relaciones humanas a través de la música. Su principal actividad consistía en la organización de un festival que, con carácter anual, se celebra en la quincena inmediatamente anterior a la Semana Santa, según se describe en su propia página web y estaba financiado por diversas instituciones. La organización de este Festival dependía del Ayuntamiento de Zamora y estaba muy ligado a Alberto Martín, archivero municipal de Zamora. Este es el primer año que Zamora ha perdido esta insigne referencia.

Conviene recordar lo ya muy sabido y conocido. Este festival había conseguido un alto nivel de calidad y se había convertido en un foco de atracción local, nacional e incluso internacional en el panorama de la música clásica que atraía a muchas personas a esta ciudad. Personas que no hacían apenas ruido y que caminaban tranquilamente entre amigos hasta la iglesia de san Cipriano u otros lugares. Recuerdo entre otros muchos haber coincidido con Javier Solana y sus amigos llegados desde Madrid. El nivel de asistencia era muy alto, yo diría que resultaba difícil a veces lograr la entrada a muchas de sus actividades. Es decir, se había conseguido lo pocas veces logrado en esta ciudad y de pronto ya ha desaparecido. Imposible describir mayor desperdicio. Según la Concejalía de Cultura, el Ayuntamiento era incapaz de desarrollar un festival de semejante calibre y María Eugenia Cabezas añadió: "Nosotros éramos conscientes de la importancia de este festival, pero no tenemos tan claro que todo el mundo en esta ciudad fuera consciente y ahora se rasgan las vestiduras".

Por muchas vueltas que se quiera dar al asunto, esta es la historia de un fracaso local que nos puede tocar a muchas personas, así se diluyen mejor las responsabilidades, pero que también le cae sobre todo al Ayuntamiento. La concejala resumía así la situación: "Una vez más insistimos, no tiene que ver solo con el dinero, sino con la complejidad de toda la organización que tiene un festival del estilo del Pórtico de Zamora". Posiblemente a mucha gente, entre las que me encuentro, no le habrá perecido suficiente esta explicación.

Habrá que recordar que los proyectos importantes requieren no sólo iniciativa y visión, sin la cual no es posible iniciarlos sino también organización, estructura y contactos institucionales ágiles y continuos.

Pero creo que aún estamos a tiempo de que no se olvide la huella que el citado festival ha dejado en el mundo de la Cultura y la Música y por ello pido a todos los partidos políticos que concurran en las próximas elecciones municipales de mayo que apoyen este proyecto en conjunto, que lo vuelvan asumir como propio y que se cree una estructura estable que permita gestionar el festival al margen de personalismos y que mantenga vivo y fresco los contactos institucionales y empresariales para recuperar algo que ha dolido perder y que costó tanto en consolidar. Esta pérdida es una imagen de impotencia y desgarro cuando se quieren abordar proyectos importantes, esos que van definiendo una ciudad en el marco de una sociedad de servicios culturales y turísticos de calidad, donde se nos abre una oportunidad, pero para ello las instituciones promotoras deben también elevar su nivel y volar más alto y trabajar más las relaciones institucionales y privadas. Hay que moverse de la poltrona. Hay que saber vender la calidad y el Pórtico de Zamora la tenía.

(*) Miembro del Foro Ciudadano de Zamora.