Vamos descubriendo la astucia del inventor de los ingleses al meterlos a todos en una isla, pues en otro caso, con la aptitud para ponerse de acuerdo que acreditan, se hubiera ido cada uno por un lado. Así que la flema británica, las leyes sin códigos, la Constitución no escrita y el parlamentarismo genuino eran un decorado, el biombo que ocultaba una jaula de grillos. El problema de las personas o países con mucha compostura es que cuando se descomponen pierden por completo el control. En España por lo menos hemos tenido siempre fama de anárquicos e ingobernables, por lo que cualquier cosa que nos pueda pasar iría con ese supuesto carácter. La única parte de España que tenía acreditada la compostura, Catalunya con el famoso seny, es otro ejemplo de lo mismo. Encima, como esos sujetos de la historia se dan mucho bombo no saben descomponerse sin salpicar a todo el mundo.