A Audrey Hepburn, Albert Finney, Stanley Donen, Henry Mancini, al montador, y a todos los que hicieron posible esa joya cinematográfica que es "Dos en la carretera".

Iniciar un "camino con una persona" requiere y exige ir paso a paso con seriedad, con respeto, con conocimiento de causa, no de manera alocada, no ponderando exclusivamente la "fachada", siendo consciente de que compartir el tiempo, la tertulia, la organización, la vida, etc., implica muchas obligaciones y restricciones respecto a las actividades de antes de adquirir nuevos compromisos, que hay que compartir menos tiempo con los demás, sin dejar de tratarlos, que hay que ser sinceros, según el grado y nivel de relación, pero respetuosos siempre; que no nos podemos considerar "el ombligo del mundo", "ser más que nadie", "los más guapos, simpáticos y atractivos del mundo mundial", que hay que tener empatía; que nadie está obligado a mantener ningún tipo de relación personal; que hay que conocerse recíprocamente muy "a fondo" antes de "dar el paso siguiente"; que el tiempo y las tareas compartidas debieran implicar una mayor comprensión mutua y por lo tanto un mayor afecto y reconocimiento de lo que la otra persona haya hecho por nosotros, etc; en resumen, que cuando "ya nos afeitamos" tenemos que tener un mínimo de madurez y seriedad que evite el molestar, engañar y agraviar a los demás, tomar decisiones a la ligera, solo por la apariencia, o la primera impresión; para evitar quedar como unos auténticos h?

Hay que aprender siempre de cualesquiera manifestación humana, de un hecho artístico, etc., como puede ser una película que; aparte de entretenernos y hacernos pasar un rato agradable; y como con todo acontecer de la vida, debiéramos trascender la capa externa del guion y analizarlo, contrastar la historia contada, con lo que acontece en la vida, para, si procede, sacar conclusiones que nos ayuden a resolver, en el caso propio, si algo parecido nos sucede; o, por si nos llegase a suceder.

El análisis de las relaciones de pareja, desde sus inicios hasta que han transcurrido varios años, es el "leiv motiv" de la espléndida película "Dos en la carretera", por tantos motivos como son, entre otros, la magnífica interpretación de Audrey Hepburn, la magistral dirección, del recientemente desaparecido, Stanley Donen, y la deliciosa banda sonora de Henry Mancini, sin olvidar la maravillosa introducción de los títulos de crédito que se pueden visualizar en Internet, YouTube en "opening credits two for the road" de Maurice Binder, que nos" viene bien" para recordar y respetar las "señales de tráfico".

Cuando el sentido de la responsabilidad, la madurez profesional, la entrega al trabajo, a desarrollar lo que a uno le gusta, se está preparado y capacitado, se tiene conocimiento de una determinada problemática de la sociedad, y además hay sentido del humor, lo que demuestra inteligencia y bonhomía, surgen "dos en la carretera"; lo que debiéramos tener, también, en cuenta para procurar obtener, o maximizar, tales cualidades en beneficio de esa sociedad a la que todos debemos de servir con nuestro trabajo, nuestras aportaciones tributarias, nuestro afán de superación, con el desempeño recio y maduro de las responsabilidades que libremente adquiramos, etc., etc., etc. Y es que el trabajo bien hecho, con esmero, con pulcritud, con elegancia, con esfuerzo, con ganas de hacerlo para bien de nuestros semejantes, siempre perdurará en las "obras" que acometieramos y en el recuerdo de los "bien nacidos", de los espíritus con sensibilidad, de quiénes siempre tienen ganas de aprender y de "enseñar", etc.

Y es que hay que "rememorar siempre la vida en común desde el primer día hasta el momento que pudiera surgir la rutina para evitar la incomprensión mutua, el desgaste que pudiera sufrir la pareja con el paso de los años". Por cierto, en esta ocasión Givenchy no viste a Mrs. Hepburn, sí Mary Quant y otros magníficos modistos y modistas.En la Biblioteca Pública de Zamora, ubicada en la plaza de Claudio Moyano, está disponible, para la ciudadanía, la citada película.