Yo soy de pueblo. Y a mucha honra. Cuando hablo de Fontanillas de Castro, en la provincia de Zamora, un cosquilleo emocionante me recorre las venas de la cabeza a los pies, porque una gran parte de lo que soy se lo debo a esa tierra. Por eso, el pasado domingo estuve en Madrid y me sumé, de manera discreta, a la expedición zamorana que acudió a la manifestación convocada por Soria ¡Ya! y Teruel Existe bajo el sugerente nombre de 'La revuelta de la España vaciada'.

El éxito de la convocatoria fue tremendo, con cerca de un centenar de plataformas y colectivos de una treintena de provincias en movimiento, unos 400 autobuses desplazados y miles y miles de personas que acudieron en tren o en sus vehículos particulares a invadir el paseo de la Castellana, sin importar la lluvia insistente.

Bajo esa lluvia, pensativo y esperanzado al mismo tiempo, caminé en solitario y me detuve a un par de centenares de metros de Neptuno. La plaza había quedado copada solo con la expedición procedente de Soria. Qué envidia me dio ver a toda esa gente cansada, mojada y feliz de gritar consignas para defender lo que es justo.

Lo digo porque el voluntarioso grupo zamorano, que cerraba la manifestación, apenas llegaba a las 400 personas, siendo generoso. Una de las participantes dijo a voz en grito que si toda la Semana Santa se hubiera puesto de acuerdo con la defensa del medio rural, otro gallo nos habría cantado.

Los pueblos hacen que permanezca vivo un país y mucha gente no termina de entenderlo, especialmente quienes asignan partidas multimillonarias de forma irresponsable y con miras cortoplacistas que casi nunca llegan más allá de un mandato. Olvidan que estamos hablando de personas y de igualdad de oportunidades, no de intereses partidistas ni de medidas electorales. Hablamos de gente de verdad que necesita apoyo para asegurar el futuro de sus hijos y de sus nietos.

Por eso, el rescate de la banca en su día puede haber sido lícito en términos macroeconómicos y hasta considerado un tema de Estado, pero ¿acaso el rescate de la España vaciada no lo es? El poder del dinero prima sobre las personas. Ese es el problema.