Un desquite puede ser el detonante de muchos razonamientos. Los seres humanos nos emborrachamos unos con otros, posiblemente, para olvidar lo humillante que en ocasiones puede llegar a ser la soledad.

Los sentimientos son ladrones de realidades. Nos damos cuenta cuando los vínculos son esperanza venida a menos y tiempo caducado que evoca olvido.

Normalmente, al terminar una relación, con cierto vigor, tendemos a buscar el sentido vivificante de los sentimientos. No, nos importa negar nuestra autonomía, por supuesto, ya saben, junto al beneficio de los sentimientos muchas veces pernocta el egoísmo, el apego y la costumbre. Pero nos da igual...

Los sentimientos, son ascendencia del pensamiento; lo que creemos sentir, posiblemente es lo que estamos pensando. Sí, los sentimientos adquieren su funeral al desobecer a la rutina, además son amenaza de secuestro con varios rehenes. La sinceridad con uno mismo, muchas veces, nos libra del sufrimiento. Lo puro siempre es herida... Para poder entender lo que son los sentimientos es necesario entender el concepto de la dependencia afectiva. Sí, la misma que un día nos convierte en víctimas y otro en verdugos, la que paga el peaje de los llamados "sentimientos". Los mismos que son voluntad operante del yo y el egoísmo.

¡Qué limitado es el tiempo! En cada minuto se esfuma el frenesí de la esperanza y en cada hora la sangre está a disposición del destino. Los seres humanos hemos creado palabras que suavizan nuestra bestialidad. Creo que una de ellas es: sentimientos. De por sí somos asalariados de la furia y el embite, supongo que nadie lo puede dudar, la evidencia es ocasión que acaricia lo obvio. Y hablamos de sentimientos... Creo que las palabras deberían rejuvenecer, la mayoría nos devuelven a tiempos pasados, y son el grito desesperado, de aquello de lo que a día de hoy pretendemos huir.

La muerte, es la única que no es esfuerzo de egoísmo, junto a su abismo se lloran lágrimas sinceras y se percibe el olor a nunca. Ella, me refiero a la dama de negro, no habla, pero nos muestra educadamente el camino del sentir. No, no es el mismo sentir que sentimientos, siéntense junto a una sepultura y dejen que el estremecimiento hable... Junto a lo mundano siempre existe hambre de certeza; igual le hemos delegado demasiada responsabilidad a lo que llamamos sentimientos.

Bueno, la primavera es época de mariposas, renovemos los sentires y los sentimientos ya veremos...