En la mesa y en el juego se conoce al caballero

Las personas de una determinada edad, recordarán que, de niños teníamos unos manuales de urbanidad, donde se indicaban unas normas de comportamiento y esas normas no se olvidan jamás, quedan grabadas a fuego, tales como no hablar con la boca llena, dejar pasar a las personas mayores, ceder el asiento a las señoras, discapacitados, embarazadas, etc..., saludar con amabilidad y respeto, ceder la derecha y el balaustre a las señoras en las escaleras, tratar siempre de usted, cuando una persona habla se escucha, para entrar en un despacho, se llama primero y se pide permiso, en la iglesia se guarda silencia absoluto. Jamás se me olvidará que el maestro Patricio López Redondo, nos decía : "En la iglesia jamás se mira hacia atrás".

La vida en comunidad sabemos que no es fácil, por tal motivo debemos extremar la educción en las relaciones con los demás, es decir, hemos de ser afables, en las relaciones. Hacer la vida más fácil a las personas de nuestro entorno, esto es, más agradable, que nuestra presencia agrade y no provoque rechazo.

Hemos de tratar a los demás como nosotros queremos que nos traten, así la vida será más fácil y agradable, es una cuestión de cultura, de urbanidad elemental que tanta importancia tiene en las relaciones sociales.

Recuerdo los refranes: "Bien aprende quien buen maestro tiene" y "Buen porte y buenos modales, abren puertas principales".

La educación en la familia y en la escuela es básica, pues, lo que se aprende en la cuna, siempre dura. Si nos damos un paseo por cualquier ciudad, observaremos que las paredes están sucias, con pintadas, que en las aceras hay colillas, papeles y cascaras de pipas, que el mobiliario urbano, papeleras, bancos, farolas contenedores, etc..., se debe respetar y cuidar.

Recuerdo una frase de Ángel Bueno: "La educación se transmite por contagio, y todos somos responsables de extender esta epidemia".

Hace algunos días, me enviaban un whatsapp, consistente en unas declaraciones de Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada, sobre la educación, que si tienen ocasión les recomiendo que las escuchen, son sumamente ilustrativas, sobre la educación de los jóvenes.

Se trata de concienciarnos de que la educación es sumamente necesaria para hacer un mundo más agradable, donde la convivencia sea más fácil. La educación requiere el cumplimiento de unas normas de urbanidad , que los padres tienen obligación de dar a sus hijos. Hay un refrán castellano que nos dice: "Quien bien te quiere te hará llorar, quien mal, reír".

La educación, no lo olvidemos, es la base de la convivencia y del respeto mutuo.