El pintor René Magritte pintó una pipa. Tituló el cuadro "Esto no es una pipa". Hoy el cuadro puede ser de un cartel en el que se lea "Partido Político" y que se titule "Esto no es un partido y no es político".

Suenan , estos días, manifestaciones del tipo: "Nos presentamos por Zamora, pero no somos un partido" "Soy zamorana, soy zamorano, no soy político" "No somos un partido, venimos a ayudar a Zamora" "No venimos a hacer política, estamos en contra de todas las ideologías". En estas sentencias hay mucha trampa y mucho cartón.

El cartón lo ofrecen los componentes de listas electorales que manifiestan no querer hacer política, aunque están dispuestos a tomar decisiones con el dinero público. No sabemos, porque no son políticos y no son un partido, a qué ideología están adscritas sus causas. Quizá por obediencia se dejarán llevar, llevar hasta la cárcel, porque una votación en un ayuntamiento te puede acarrear penas y multas millonarias, caso del grupo de gobierno de Ana Botella, todavía en juicios por darle visto bueno a un plan de urbanismo. Caso de Cataluña, en la que una república independiente de tres minutos está llenando los banquillos. Apuntarse a algo político sin querer serlo, es una temeridad que te convierte en un inepto para el cargo. Y la poética de hacerlo por Zamora, sin partidismos, es travestirse en una ONG de ocurrencias. Desconocer lo globalizados que están los problemas, es ponerse sin honda delante del gigante para matarlo a besos.

La trampa está en la tapadera que ponen sobre la ideología. A poco que uno rasque las siglas, sí que se sabe si es liberal o socialista en sus propuestas, en su biografía, en sus manifestaciones, en su currículum político, en su gestión de gobierno. Las decisiones se toman desde una ideología política. No lo duden. Un ejemplo. Los ayuntamientos tienen asignadas por ley unas responsabilidades. Puede cederlas, interesadamente, para que las gestione otro como si el ayuntamiento fuese una empresa, porque no sabe, no puede o no quiere asumirlas. Eso es liberalismo, capitalismo. O lo contrario. Las puede asumir desde el ayuntamiento, con funcionarios formados y de reconocida valía y con un concepto positivo de gestión pública que quiere contar con los vecinos antes de decidir. Eso es socialismo.

Hacer política es participar en tu comunidad. ¿Cómo? Con la indignación, visibilizando un problema. Con las protestas, concienciando al resto de ciudadanos. Con la toma de decisiones, involucrándose en la búsqueda de soluciones. Con un partido o movimiento político, reuniendo apoyos para ser la herramienta de todo lo anterior y promocionando leyes justas.

Lo que pasa en Zamora, la razón de sus problemas. Lo que pasa en el mundo, con el clima, las guerras, el hambre. Lo que pasa en el campo, cómo se elaboran los alimentos y su efecto en la salud. Lo que pasa en la economía y los impuestos. El feminismo. El sindicalismo. La educación. El consumo. La congelación de espermatozoides?Todo es política. Sin ella nos veríamos arrastrados por caudillos, discapacitados para entender esta complejidad que es riqueza y diversidad social y necesita de suma de voluntades, libres e iguales, para la vida en paz.

Distinguir al que viene a lo suyo, no es fácil. Mucho ruido. Falsas noticias. Mucha retransmisión en directo de las bélicas tribunas parlamentarias, un error. Mucho periodismo que justifica su injerencia en los procesos de acuerdos diciendo que es transparencia lo que es pornopolítica. Por eso, sólo estando todos involucrados en ella, se impediría su malversación. Por eso, si no es para hacer política, casi mejor no se presenten, que elegimos a un administrador de fincas para la plaza.

(*) Secretario Podemos

Zamora)