Cuánto, pero cuánto le cuesta a la izquierda española referirse a España por su nombre de pila, por su nombre propio. Son tan progres que se pierden en su progresía de manual. Es como si se sintieran avergonzados de citar un nombre único, y no sólo por contener la 'ñ', como España. Produce cierta aversión escuchar a Irene Montero, a Carmen Calvo, al propio Sánchez, a tantos de sus ministros y ministras hablar constantemente de 'este país', olvidando intencionadamente que este país tiene nombre.

Es como si a partir de ahora, en lugar de llamar por su nombre o su apellido a los ínclitos miembros y miembras de la izquierda española nos refiriéramos a ellos y a ellas como 'este tío' y 'esta tía'. Ese tío y esa tía tienen nombre. Pues eso le pasa a España, que tiene nombre. ¡Ah, claro, pero es que yo soy facha! No me acordaba de que es el primer calificativo que me adjudican quienes pasan de España y de bandera. Quienes se muestran incapaces de defender la unidad de España porque en el fondo les da igual si acabamos ocupados por estos o por aquellos, si nos colonizan o nos borran del mapa. Todo sacrificio es poco por el progreso teórico que defienden.

Lo que no puedo entender es que, ahora, esa izquierda ponga de fondo a su presencia en el raid que realizan por España, los colores de la bandera española. No cuela, como no cuela ver a según qué eximios representantes de la izquierda socialista, rodeados de militares, siempre de alto rango, para perpetuarse en fotos que no tienen valor alguno en el fondo aunque en la forma consigan lo que persiguen a costa de. Este postureo que se traen unos y otros es repulsivo.

Hay que escuchar, más que oír, los mensajes con los que tratan de adoctrinarnos. Si a los afectos a la denominación de España como este país, les dejan gobernar un poco más, apueste lo que quiera a que España pierde el nombre y la bandera desaparecerá de sus fondos absolutamente electoralistas para dar paso a otra cosa. Es vergonzoso escuchar a según qué miembros del Gobierno obviar el nombre de España. En el fondo están cargados de complejos. No quieren perder la posibilidad de captar un electorado que, en realidad no es de ellos, en función de los escaños que puedan conseguir.

Los socialistas que yo conozco, a los que más trato, no son así. Están orgullosos de España, y de llamarse y sentirse españoles. No entiendo por lo tanto, la desafección de estos socialistas de nueva hornada que le hacen el juego a la señora Montero y al señor Iglesias y también al independentismo que odia el nombre por el que nos conocen en todo el mundo, por el que nos respetan en todo el mundo, por el que nos admiran en todo el mundo. En Estados Unidos están desmontando las tesis nacionalistas y mostrando el respeto que muchos mal llamados españoles, no tienen hacia España.

Habrá que poner deberes a los ministros y ministras, no me vayan a tachar de machista, haciéndoles escribir mil veces o haciéndoles pronunciar mil veces para que se les fije en el caletre, algo así como "Este país se llama España". Les cuesta. A lo mejor es que España les viene grande. Si existiera la posibilidad de enviar a una especie de ínsula Barataria a todos los que despotrican y hablan mal de España, a todos aquellos a los que cuesta pronunciar el nombre de España, sería estupendo. Pobre España que no es mía ni tuya en propiedad porque España es de todos y, si se me permite la licencia, España, los de 'este país' te están helando el corazón.