En 2003 el Real Madrid, presidido por la misma persona que hoy lo hace, echó a la calle a Vicente del Bosque, que le había dado la etapa más gloriosa de su historia. Del Bosque estaba sobrado de sabiduría futbolística y triunfos, pero le faltaba glamour, en concreto ese glamour hortera y cosmopolita tipo Mourinho. Zidane, bien mirado, tampoco tiene glamour, y tal vez por eso Florentino dejó que se fuera cuando había llevado al Real otra vez a lo alto. Su regreso ahora al equipo, con un atuendo tan estrafalario que marcará tendencia (el mal gusto es así), quizás sea un acto de afirmación personal, una especie de "trágala" a la directiva. La foto de familia no tiene desperdicio, con los señores del Real como avergonzados de posar al lado del modelito que, gozando de su triunfo, exhibe Zidane. Como devoto de ZZ, celebro que les haya hecho pasar el mal trago a unos señores tan serios.