"Nosotros primero": consigna, y objetivo ideológico del nacionalpopulismo tanto de los separatistas como de numerosos españolistas que representan distintas versiones del llamado "trumpismo". Esta aptitud es diametralmente contraria a quienes queremos recuperar una España moderna y más ajustada a las necesidades y deseos de la mayor parte de los españoles. y de los que aún tenemos esperanza en la acción de la política y sin duda participaremos con nuestros votos en las próximas elecciones. Así será la dirección de nuestros apoyos a quienes demuestren capacidad para resolver los problemas de convivencia y a quienes se alejen de la confrontación, la descalificación y el insulto. Tampoco merece el aprecio, y por lo tanto la confianza a quienes instrumentalicen los símbolos que son de todos y rompen España

Precisamente ahora hace 80 años cerca de medio millón de españoles tuvieron que cruzar la frontera con Francia, huidos y perseguidos, entre los cuales estaba el gran poeta Antonio Machado, que ya nos lo tenía advertido: "Ya hay un español que quiere vivir y a vivar empieza/ entre una España que muere y otra España que bosteza/ Españolito que vienes al mundo te guarde Dios/ una de las dos Españas / ha de helarte el corazón".

Ochenta años después de aquel desastre y aquellas dramáticas escenas de la derrota de España, la democracia y la libertad, por la que aquellos fugitivos habían luchado, se ha asentado en nuestro país. Aunque ahora, en estos últimos años se hayan producido retrocesos en la calidad democrática, perdurando algunos grupos que aún se resisten a condenar la dictadura franquista.

Si lo que ha ocurrido en la campaña electoral andaluza es lo que nos espera para las futuras confrontaciones electorales, vamos por muy mal camino, ya que los mal llamados partidos constitucionales se han adueñado de todos los distintivos, de manera que el uso partidista de lo que pertenece al común, es la actitud contraria de lo que debería ser un patriotismo bien entendido. Por cierto también la utilización del constitucionalismo, pues es una falacia en boca de quienes no estuvieron o de quienes votaron en contra o se obtuvieron en el debate constitucional.

Como consecuencia de los resultados electorales se ha establecido un nuevo tridente, eso sí nacionalista. De manera que la alianza en Andalucía del Partido Popular, Ciudadanos y Vox, se ha convertido, de hecho, en un pacto de legislatura. Lo que simboliza la nueva indicación de sus futuras relaciones, con pocos escrúpulos políticos y cargados de sobreactuación, mentiras y condiciones excluyentes. Así como el recurso al sectarismo, fanatismo, intransigencia e intolerancia. Y lo que es más grave con cierto tufo cainita y frentista.

Hay que saber, (y tienen que conocer los votantes de buena fe) que esos acuerdos están impregnados de un discurso ultranacionalista, tildado de machista y xenófobo; también que la extrema derecha ha puesto sobre la mesa de debate. Debate que choca con la Constitución, Ese proyecto que contradice y niega el nuevo Estado que nos dimos los españoles. De manera que lo que proponen, entre otros "avances "son: la cadena perpetua, la derogación de la Leyes de la Memoria histórica y la Violencia de Género. Así mismo, la deportación de los emigrantes, el cierre de las mezquitas y como Donald Tremp, levantar un muro en Ceuta y Melilla, al mismo tiempo que hacer uso de la fuerza para defender el hogar etc.

Algunas de estas medidas no solo son contrarias a la Constitución, también a los tratados internacionales y hasta la Convención de los Derechos Humanos. De tal manera que de admitir, una posible reforma de la Constitución, estas propuestas son tan obscuras y de calado tan profundo que significaría un cambio de las reglas de juego y de los valores básicos del conjunto de las instituciones democráticas.

Conscientes de ese peligro, muchas personas están (estamos) preocupados por la deriva a la que estos derroteros pudieran retrotraernos en la historia. Y es que ya conocemos que la extrema derecha cada vez que ha ocupado el poder, en cualquier lugar del mundo, incluyendo a nuestro País, las consecuencias para la sociedad han sido catastróficas. La extrema derecha, no solo representa un retroceso; también nos llevaría una vez más, al frentismo guerracivilista, y por lo tanto a un ataque a los valores, de la tolerancia, la libertad y la igualdad.

Es inexcusable, de una vez por todas, acabar con la política de "trincheras", que nos hace retroceder décadas. Es necesario la ponderación, pues se confirma, una vez más, que la moderación en la política es lo más revolucionario para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.